Empujar el ejercicio ético.


Donde al funcionario público honesto se le llama pendejo, cobarde, m…; donde para ser candidato a cargo electivo se toma en cuenta la cartera, el dinero; donde prevalece el individualismo, donde el ventajismo es habito y costumbre, entonces estamos en una sociedad atrapada y sus caminos empedrados.
La presencia de ciudadanos exhibiendo fortunas que no provienen del trabajo y mucho menos de herencia, deja bien claro que vivimos en una sociedad sin control y totalmente vulnerable. 
Cuando los campos políticos no están deslindados; cuando los actores sociales y comunitarios no marcan distancia de osados oportunistas; cuando tránsfugas y desdoblados definen los resultados electorales; cuando prevalece el clientelismo, es propio de una sociedad éticamente desmoronada.
Vivir bajo la influencia del morbo mediático; recibir los embates de los mecanismos de control masivo; el dudar de todo y el creer en nada; asumir como verdad farsas y mentiras, describe una sociedad huérfana de fe y estima.
Hacer de los denuestos un arma para devorar conductas; construir cercanía con la lisonja y la abyección; aposentar odios y promover diatribas, es el rostro de una sociedad enlodada.
Si los legados éticos significan algo menos que nada; si la doble moral prevalece y hace sucumbir el correcto proceder; si crecer en valores no traduce distancia con falsos profetas, es como estar prisionero en una sociedad moralmente en ruina.
La responsabilidad, el decoro, la honradez, la seriedad, son peldaños conductuales que sirven a la construcción de un ciudadano decente. El deterioro de las instituciones implica falta de confianza en los individuos que coyunturalmente las dirigen, muy poco o nada se hace para prevenir la calidad y probidad de los actores que interactúan en el quehacer social y político.
Hay que exigir ejercicio ético en la actividad profesional.
Hay que demandar ejercicio ético en la actividad religiosa.
Hay que reclamar ejercicio ético en la actividad social y comunitaria.
Hay que estimular ejercicio ético en la actividad deportiva.
Hay que promover ejercicio ético en la actividad empresarial y comercial.
Hay que motivar ejercicio ético en la actividad gremial y sindical.
Hay que rogar ejercicio ético en la actividad académica y docente.
Hay que implorar ejercicio ético en la administración de justicia.
Hay que empujar ejercicio ético en la actividad política partidaria..
Hay que luchar para obligar a los partidos políticos dominicanos presentar como candidatos a ciudadanos de reconocido desempeño ético, que inspiren y merezcan confianza, que gocen de credibilidad y respeto, y que tengan temor al régimen de consecuencias.
Hay que educar en valores para cimentar un ciudadano y sociedad diferente; hay que prestigiar la lealtad; hay que resaltar y reconocer los paradigmas éticos y morales… 
Hay que empujar ejercicio ético que ayude a la revolución de la decencia en la República Dominicana…
Autor :Julio César Sánchez (Elvin)
Dirigente del PRD,escritor ,abogado notario y activista social.

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