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Ella, me amo primero, sin haber visto todavÃa mi carita,
Sin haber oÃdo ni siquiera mi voz, hablaba conmigo en la
pansita,
Me enseñó a caminar, a correr, a saltar, mi primera
cómplice de aventuras.
Supo educarme con amor, y corregirme en mis travesuras.
II
Me sentaba en sus piernas, y me contaba historias de su
vida,
Me enseño el valor de ser honesto, y de amar sin medida,
Cuando me metÃa en problemas, sabia guiarme por el
camino correcto,
Y aunque su corrección es dura, lo hace por amor para que
sea un hombre recto.
III
Mi pañuelo de lágrimas, cuando el sufrimiento entra por mi
ventana,
Pero, también la primera sonrisa que veo, cuando una meta
por fin es alcanzada,
Me llena de consejos, consejos que guardo dentro de mi
como hermosa perla,
Ella no cesa de orar por mÃ, cuando llega la noche, y ella de
mi saber espera.
IV
Mi bello amor, mi maestra, mi guÃa, mi brillante estrella,
Ella es mi madre, la que Dios eligió para que al mundo me
trajera,
La que me sueña todas las noches, la que no se cansa de
amarme,
La que me cuida, la que me añoña, mi mandamiento con
promesa, ella es mi madre.
Alexander Vallejo (Autor).
DEDICADO PARA TODAS LAS MADRES DE LA IGLESIA HAY
VIDA EN CRISTO.
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