Mirada de esperanza, con toque de rebeldía…

Exhibir con satisfacción ser la tierra de patriotas de estaturas históricas trascendentes, que fueron pilares en la conformación de la República, que hicieron de la patria la razón de vida y la de soberanía incólume motivo. San Cristóbal parió al dictador, en época y tiempo que el mundo fue gobernado por iguales, y los países vecinos por personajes de parecidas características. En Europa nacía el nazismo, el falangismo, el fascismo; en el otro lado se establecía el stalinismo, el maoísmo… Sabernos el terruño de eminentes pensadores, escritores, literatos, científicos, artistas, músicos, profesionales, deportistas, diplomáticos, académicos, militares, rebeldes, conservadores, da a San Cristóbal un toque de grandeza que estimula el orgullo. De pronto nos consume el hoy, nos atrapa la desesperanza, un feroz individualismo hace diana perfecta en la psiquis colectiva, predominan los antivalores, mientras la promiscuidad y pus cloacal simulada de modelo extraño de político candidato lleva al abismo. Es necesario asumir nuestras potencialidades, nuestras fortalezas como maravillosas oportunidades para desafiar las adversidades y amenazas, y la madurez de asirnos a nuestro privilegio de cuna de la Constitución, de próceres, patriotas y tirano es algo bueno y no malo. San Cristóbal es rebeldía, San Cristóbal es lucha. San Cristóbal es pasión. San Cristóbal es dignidad. San Cristóbal es una mirada de esperanza.

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