“Cualquier sastre
del campo, al del pueblo le hace un flux”. Juan Antonio Alix
Con
gran pesar he observado que en los últimos años, varias asignaturas, técnicas y
métodos de nuestro sistema educativo, que han aportado excelentes resultados a
la enseñanza pública y privada, han sido eliminados del currículo escolar.
La
más grave y lamentable ha sido la eliminación del currículo escolar de la asignatura “Moral y Cívica”, una nefasta
decisión que ha contribuido, en gran
medida, a la gran inversión de valores morales y de principios éticos que hoy se
observa en nuestra sociedad.
Desde
que la misma fue sacada, ha aumentado el irrespeto a las leyes y a la
Constitución de la República; a la protección y cuidado del patrimonio público;
a los valores y símbolos patrios, al medio ambiente y a los recursos naturales;
a la aplicación de una justicia correcta; han aumentado los crímenes y los
feminicidios, los actos de corrupción pública y privada, en fin, a la
delincuencia en sentido general.
También
se han dejado de impartir la lectura comprensiva, la lectura y la expresión
oral; la narrativa, la caligrafía, entre otras, como una forma de a aprender a
retener lo escuchado y a adquirir una buena dicción y ortografía, lo cual queda
reflejado en el bajo nivel formativo de una gran parte de nuestros niños,
jóvenes y adolescentes, los cuales se comunican entre sí a través de las redes
sociales (whatsApp, twiter, facebook, etc.), transmitiendo sus ideas tal como
las expresan.
Estas
técnicas educativas deben ser cultivadas y dominadas por nuestros estudiantes,
pues son indispensables para su buen desarrollo profesional e intelectual.
Parte
de estas técnicas las aprendí en los primeros cursos de la primaria, realizados
en una pequeña y rudimentaria escuela de un campo de Santiago; de piso de
tierra, cubierta de madera de palmas y techada de canas. Allí me enseñaron,
además del Himno Nacional, los de Duarte, Sánchez, Mella, el de Las Madres, de
la autoría de la insigne vegana, Trina de Moya, esposa de Horacio Vásquez, varias
veces Presidente de la República, y muchos más.
Ahora
me entero de que los exámenes finales que se impartían a los estudiantes del 2do
curso del bachillerato, equivalente al 8vo curso, serán también eliminados.
Lamentablemente,
esto tiene mucho que ver con las bajas calificaciones obtenidas por nuestro
país cuando el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), apéndice
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), realiza
una prueba aleatoria para evaluar la formación de los alumnos en matemáticas,
ciencias y lectura, cuando llegan al final de la etapa de la enseñanza
obligatoria.
Con
esto se confirma que la verdadera formación escolar no solo se obtiene en escuelas
con grandes edificaciones, sino, en aquellas que cuentan con buenos y
verdaderos maestros, como los que tuvimos en nuestra infancia. Ojalá que los
responsables de evaluar y velar por el fortalecimiento del sistema educativo de
nuestro país, tomen conciencia de ello.
El autor es Contador Público Autorizado,
Máster en Relaciones Internacionales
y ex Diputado al Congreso Nacional
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