El centralismo democrático como teorÃa siempre será una guÃa para aquellos lÃderes que piensan colectivamente y que ponen los intereses generales por encima de sus intereses personales persiguiendo ser lÃderes de consensos y no de grupito.
Se observa una crisis en el liderazgo polÃtico, en el deportivo, en los hogares, en los negocios, siendo eso causa de confrontaciones innecesarias que limita lograr mejor convivencia ciudadana.
Hemos visto como lÃderes de partidos polÃticos no se ponen de acuerdo entre sà para sacar la mejor decisión que incluya a todos sus correligionarios. En ocasiones esa falta de compromiso ha llevado algunos partidos polÃticos a tener diferencias polÃticas infranqueables, casos como los del partido reformista social cristiano y el partido revolucionario dominicano, divido en muchas ocasiones.
El liderazgo polÃtico responsable en República Dominicana y Latinoamérica lo personificó Juan Bosch, en este sentido, lo que distingue a Bosch de la mayorÃa de los lÃderes contemporáneos y no contemporáneos de la región es su fuerte compromiso, no sólo con valores y convicciones ideológicas que asumió, sino en las normas y reglas que rigen esos valores. Esta cuestión lo hace un lÃder democrático que se separa de los métodos paternalistas y clientelares tan extendidos.
El liderazgo responsable implica que quienes lo ejercen tengan la capacidad de establecer la dirección, influenciar y alinear a los demás hacia un mismo fin. Por lo que implica compromiso y responsabilidad, donde los ciudadanos se sientan representados y motivados a apoyar al lÃder bajo cualquier circunstancia porque están guiados por fundamentos teóricos ideológicos y no en populismo.
Es que el lÃder debe saber manejar a los miembros de sus seguidores, mitigando los intereses grupales para que su acción dentro del conglomerado no disperse el interés colectivo. El grupismo es uno de los grandes males que está sufriendo la sociedad, lo que lo está llevando por el camino de la confrontación permanente y la exclusión de lo bueno.
Un ejemplo del grupismo lo personifican los partidos polÃticos de la hermana república de Venezuela, donde la oposición no ha logrado ponerse de acuerdo con el gobierno en la firma de un pacto que podrÃa resolver los grandes problemas que ha llevado sus ciudadanos a la desesperación y a la miseria.
Vemos como los dueños de los equipos de béisbol de la republica dominicana no han sabido liderear a los peloteros dominicanos para que puedan consensuar y llevar lo mejor a la serie del Caribe corroÃdo por el fanatismo y el grupismo, poniendo los intereses personales por encima de todos los dominicanos trayendo como consecuencia la derrota en su afán por ganar la Serie del Caribe de manera muy personal.
Estamos viviendo una época donde se necesitan hombres y mujeres que piensen de manera colectiva y que al momento de elegir las personas para encarar los problemas se fijen en los que poseen las mejores condiciones y que representen dignamente a los ciudadanos, no solo en deporte sino más bien cuando estos son elegidos por el voto ciudadano conquistado en base a promesas y que finalmente esas promesas nunca se hacen realidad.
El problema que más afecta a la sociedad dominicana es la falta de liderazgo responsable en la familia, pues la falta de compromiso de algunos padres acompañado con la irresponsabilidad de los hijos está causando grandes destrozos en el seno de la familia. Vemos la proliferación de la violencia que cada dÃa nos arrebata muchas vidas. Por eso podemos decir que estamos viviendo una crisis de liderazgo.
EL AUTOR es Master en Gestión y PolÃticas Públicas. Reside en Santo Domingo.
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