El montaje deja experiencias: redirigir la promoción más al sentido
familiar, evitando fortalece el concepto “terror”. Un padre y su hijo pocas veces se han lucido tanto en un musical.
José Rafael Sosa/A. González
Con tan solo nueve actores en escena, (el menor número de talentos para
la historia del teatro musical dominicano), con la dirección artística de
WaddysJáquez y la producción y dirección musical de Amaury Sánchez, se acaba de
escribirun capítulo de brillo perdurable en la escena dominicana
“La Tiendita del Horror” o The
Little Shop of Horror, se resuelve en una propuesta de culto digna de la
original y muy a la altura de los grandes escenarios.
La sala Máximo Avilés Blonda recibió aproximadamente por dos horas y
media, la propuesta de Amaury Sánchez, 20 canciones en español, donde todos los
actores se destacaron por el talento vocal y actoral. Los duetos e histrionismo
de los actores reflejaron los innegables atributos puestos en
escena.
Un aparte merece el mensaje que, tras actuaciones, canto y baile, llega
al público: el valor de la
honestidad. Sutilmente se tocó la violencia de género (Audrey era
abusada por su novio, el Dentista).
Kenny Grullón y su singular estilo se transformó en Sr. Mushnik,
propietario de la tienda, dejando sentir el paso de su calidad en cada trozo
del entablado del escenario Bellas Artes. Esta es una de las contadas
oportunidades en las que un padre y su hijo se unen en escena.
Los Grullón son artistas integrales que saber darse al extremo. Y aquí,
cual regalo de arte, lo logran.Kenny y Javier Grullón son una bendición de
familia para la República Dominicana.
Judith Rodríguez y Javier Grullón demostraron empatía, afinidad,
química, gran calidad escénica y vocal. La pareja sirve además para constatar
la versatilidad de la chispa creativa de Javier y las cualidades adaptativas de
Judith para hacerse válida y brillante en teatro, además de lo que ha alcanzado
en cine.
Antonio Melenciano, presto su voz interpretando a la carnívora y
parlante (Audrey II). Previo, hace una
aparición como un comprador seducido por la planta.
Frank Cearademostró su veteranía en las tablas y el canto como el abusivo
Dentista Orín, evidenciando también su multiplicidad haciendo los roles de el borracho, el
locutor y el periodista con andador.
Las jóvenes de la Academia de Formación Artística Amaury Sánchez (AFA), Alanna
Cabrera, Ylsa Moreno y Natalia Sánchez mostraron la validez de la formación
académica y que el talento natural, si no se cultiva, no vale de nada. Ellas marcaron
la historia con sus voces y la belleza
de sus coreografías.
La orquesta dirigida por Amaury Sánchez transportó a la audiencia a una
ciudad ochentera. Sus pilares: Ezequiel Francisco en la batería, Roberto
Reynoso en el bajo eléctrico, el maestro Antón Fustier en el Piano 1,
SamiraTavárez en el Piano 2 y Federico Méndez en la guitarra eléctrica.
Yeimi Díaz y Carlos Ortega, se lucen como escenógrafos, dando una
solución práctica, hermosa y funcional.
Resalta la firmeza del mensaje cuando lleva al público el concepto de la
Honestidad y la exposición, muy sutil de la violencia de género, cuando apunta
que Audrey era abusada por su novio el dentista).
La precedencia
La Tiendita del Horror es una película que se estrenó en el año 1960,
dirigida por Roger Corman y luego, en la década de los 80´s desfiló en Broadway
como uno de los musicales más famosos de la historia. En 1986, se volvió a la
pantalla en su versión más conocida, dirigida por Frank Oz.
Un “Terror” inconveniente
La pieza obra no se vendió más por la no diferenciación del concepto
“Terror”, implícita en tu título. Debió mostrarse más como una comedia o teatro
negro e insistir que era para toda la familia. No es terrorífica, pero el
impacto del concepto pudo haber frenado a algunos padres para llevar sus hijos.
Experiencia a ser recogida.
La clase que paga 1500 o 1000 por asistir a obras de este tipo no desea
mostrar terror a sus niños perdiéndose de un montaje de gran calidad.
Pie de foto
La tiendita del horror muestra que el género teatro musical dominicano,
se ha graduado ya en perfección y mensaje,
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