7 pesadillas que el emprendedor de superar a la hora de establecer un negocio

Por Edith Gómez
En esta oportunidad presentamos 7 situaciones que hacen pasar un mal rato a los más novatos emprendedores e incluso a los ya entrenados.
Si aun así haz asumido el reto de emprender. Eso es excelente pero es mejor conocer cuáles son los miedos más comunes que pueden llegar a familiarizarse contigo.
A lo sumo puede que te identificas o te prepares para determinar cómo superar los miedos antes de su aparición. Los mismos son:
11)    Quedar desplazado en una guerra de precios
Notarás, una vez al entrar en el mercado o al analizar el mismo, que es muy habitual el encontrar éstas guerras de precios, ya que son parte de las estrategias más agresivas que permiten a cualquiera entrar en un mercado
Por supuesto, nadie está absuelto de esta situación. Se debe estar preparado y buscar oportunidades dentro del propio mercado. Por ejemplo:
a.       Observar el segmento del mercado más desatendido o los clientes más insatisfecho y que puedas influenciar, o consideres poder.
b.      Aprovechar la ventaja en los precios mientras la competencia reacciona.
c.       Aportar valor en tu producto o servicio de manera que la diferencia de precios sea compensada por mejor calidad.

2)    Que otros emprendedores se copien

Bueno, es posiblemente inevitable. Siempre una buena idea inspira otras. Pero, una cosa es una idea y otra muy distinta es la ejecución de esa idea.
Puede que sientas ese sentimiento que genera la posesión de oro puro y la ambición que le daría el mismo a cualquiera, pero ciertamente, para un iniciado, es difícil distinguir el oro de la tierra y para saber que tiene valor y que no, es importante pedir una opinión (o muchas).
Para ti, emprendedor,que lees esto, considera que las transformaciones que experimentan las ideas cuando pasan a la segunda fase, son grandes.
Por eso es mejor que las compartas, que recibas feedback, que enriquezcas esa idea con las opiniones de los demás.Céntrate más en la necesidad que estás cubriendo y ábrete a la posibilidad de generar soluciones más allá de tu idea.
Allí está la clave, y por eso no debes sentir miedo. Pueden copiar la idea, pero nunca será fiel y exacta. Cuando pases a la siguiente fase ya habrás evolucionado tanto, que el “copiador”quedará atrás.
Por no mencionar que, en la segunda fase de tu emprendimiento, cuando ya tienes un plan de negocios  y has probado tu producto mínimo viable, ya puedes protegerlo legalmente, con patentes o derechos de autor, marcas comerciales, etc.

3)    Perder el equipo de trabajo

Sin duda alguna, el hacerlo suele ser algo muy doloroso, sobre todo la parte de reponerlo.En ese caso, lo ideal es que los miembros del equipo se dividan responsabilidades y las tareas para abarcar esa falta en el emprendimiento, aunque eso no será suficiente.
La superación en ámbitos personales y laborales son necesarias para que un individuo logre sentirse realizado, y por lo tanto, feliz y completo. Para un auténtico líder, es bien sabido el valor que tiene la motivación para el equipo o subordinados en el trabajo.
Al encontrar la fórmula perfecta, ninguno de los que forman parte de tu proyecto querrá abandonarlo, y es allí cuando se perfecciona el emprendimiento.
Algo que valoran mucho los miembros de un equipo de trabajo es la conciliación de la vida laboral con la familiar, también incentivos como por ejemplo retribución flexible. Todo lo que se pueda para mantener el equipo cohesionado y motivado.

4)    Proveedores irresponsables

Las situaciones no siempre se encuentran en nuestro control, en ocasiones cuando todo parece ir “viento en popa” con tu clientela, puede pasar que notes que ha hecho una mala selección al confiar en la calidad, o en el tiempo de entrega que prometió aquel hombre para resurtir tu almacén.
Es ideal buscar a los mejores. Reconocerlos es fácil; la responsabilidad los identifica.
Otra manera de evitar estos problemas, es establecer un punto de pedido (una vez que alguno de tus recursos llega a cierto número, solicitarlo. Y así evitar quedarte sin él inesperadamente).

5)    Miedo a arriesgarse

Por supuesto, el simple hecho de querer empezar, ya puede traer tu primero miedo.Para esto, reflexiona, “¿Vale la pena?, ¿atraerá ganancias buenas?”. No todas las ideas son oro pero muchas merecen su el riesgo.
Cada idea tiene sus puntos fuertes, rescátalos y mejóralas;Analiza, compara, estudia, modifica, adapta y ¡a trabajar!
6)    Miedo al fracaso
Todos al principio tenemos miedo a fracasar en nuestros planes, sean cuales sean. De hecho, lo más seguro es que antes de lograr nuestro éxito tendremos que pasar por varios fracasos.
La clave está en cuál es la interpretación que le das al fracaso. Si crees que fracasar es que todo acabó, que es el fin, una catástrofe, etc. Claro que hay que tenerle miedo. Pero hay que verlo por lo que es en verdad; una nueva oportunidad.
Emprender un proyecto y fallar, es una experiencia que adquieres y que sabrás como actuar o qué hacer para evitarla. Nada es mejor que tener experiencia en los fallos para llegar a la cima. Aprender de tus errores para crecer, es parte de la vida.
7)    Espionaje corporativo
Pueda aterrar la idea de ser espiado y que, tengamos todo el día la idea de “¿Qué dato crucial le habré dado hoy a la competencia?”. Este es un método muy frecuente y que puede ser usado por cualquier persona.
Existe un tipo de investigación que no es dañina. Es la que pones en práctica para estudiar tu competencia, para buscar un valor diferencial. No es preciso ni necesario adentrarte en terreno enemigo para ello, puedes entrevistar o encuestar a tus clientes para entender a la competencia y darle a tu servicio un plus o mejorar en justo lo que ellos flaquean.
Pueden un surgir un centenar de preguntas, si ves que la tuya no está aquí, empieza tu emprendimiento por la caja de comentarios. ¡Adelante!

Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos. 

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