Frente al panorama que describimos en
la reflexión anterior, ahora vamos a conceptualizar y pintar en una cartulina,
el tipo de personas que anhelamos encontrar para que administre en la
municipalidad o que nos represente en el Congreso, y vale decir que en el
Ejecutivo y el funcionariado esto deberÃa ser condición fundamental para
desempeñar sus roles.
Queremos un administrador municipal
con ciertas caracterÃsticas de liderazgo y talento humano, no porque arrastre
personas para alcanzar metas, sino porque integre equipos de trabajo
comprometidos con el desarrollo, donde cada quien tenga claridad en su papel a
desempeñar.
Que tenga una visión integral y que
su ejemplo en la ética sirva de modelo, transmitiendo confianza y seguridad
para el trabajo. Creando ambiente de transparencia, acceso a la información y
accionar consensuado y concertado.
Requiere la municipalidad de que el
gerente sea capaz de desarrollar criterios administrativos que superen la parte
mecánica de las programaciones, posibilitando el nacimiento y crecimiento de
ideas innovadoras.
Debe contribuir a que la comunidad
que representa pueda exhibir logros y competir con otras en materia de calidad
en los niveles de vida, al tiempo en que sean aprovechados los procesos de
mundialización y los avances tecnológicos, de manera democrática y sostenible.
Nuestro administrador tiene que ser un
abanderado de la defensa de los derechos ciudadanos. Y que ponga en práctica
mecanismos de descentralización y desconcentración de los servicios
municipales.
Un gerente que contribuya a que
inventemos y nos enamoremos de nuevos mitos como el trabajo, la disciplina, la
solidaridad, recuperando creatividad y vigor como pueblo.
Que promocione, anime y asuma nuevos
modelos de producción que redunden en beneficio de las personas. Que esté
comprometido con la participación democrática de los grupos sociales que
conforman la sociedad civil. Que promueva la superación del paternalismo y se
cultiven valores de cooperación y visión de desarrollo integral. Que sea
crÃtico, analÃtico, lógico, consecuente, tolerante y futurista. Dejándose
asesorar y evaluar oportunamente para asumir los cambios necesarios en el
proceso. Y que por Dios, no vea la
participación de los actores sociales como una amenaza, sino como una
oportunidad que le legitima en la medida en que la practique y la fortalezca.
Finalmente, que todo el quehacer en
el ejercicio cotidiano de su marco de competencias, esté orientado por la
formulación y ejecución de un plan de trabajo, fruto del consenso y la
participación de todos y todas.
Quedan muchos otros elementos
importantes que podemos ir cotejando en este ejercicio, cuyo propósito
fundamental es contribuir con una mejor gestión municipal, en la que los
protagonistas dispongan de herramientas propias del trabajo para un desempeño
ejemplar. De manera que, solicitamos la colaboración de quienes se sientan motivados
en este menester.
Vamos, es tiempo del cambio y de
trabajar por un nuevo amanecer!!!
Autor : prof. Dionicio MartÃnez
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