SOTO JIMENEZ DEBE EXPLICARLE A LA NACION COMO UN GUARDIA PUEDE EXHIBIR PROYECTOS MULTIMILLONARIOS

POR EMMANUEL SOLANO
El ex-teniente general de las Fuerzas Armadas ,José Miguel SotoJiménez,quien está haciendo presentaciones de su obra malfini,endiferentes provincias del país y en instituciones de prestigio comoson el Instituto Politécnico Loyola y a su paso criticando a todos losdominicanos que de una u otra forma deciden tener sus casitas dedescanso y acusando a su vez que esa era una práctica delex-presidente Rafael Leonidas Trujillo, debería también aclarar algunas situaciones en la que él ha estado envuelto y que ditan pocode aquella era..
Pero el jerarca militar no le explica a los estudiantes y al resto dela población la fórmula de como un simple guardia llegar a obtentaruna fortuna,salir desde la más extrema pobreza a ser una de laspersonas más ricas en pesos,en dólares y en euros,pero también debeexplicar las denuncias que hicieron campesinos de Jarabacoa a quienesle había despojado del derecho de acceder a sus prediosaprovechándose del poder y de los medios que este otorga a quienes losmanejan para abusar de los más débiles.
Para ser más preciso de la denuncia en cuestión quiero remitirle a unartículo que escribiera el periodista Marino Zapete,en la revista VIDADOMINICANA,de fecha Diciembre 2003,que se titula José Miguel SotoJiménez ACLARE ESO,amigo Secretario,expresa lo siguiente :
Hace varios meses recibí una denuncia en la cual me aseguraban que elsecretario de las Fuerzas Armadas,teniente general José Miguel SotoJiménez, había violado una "reserva científica para apropiarse de unaextensión de terrenos en la parte más alta del municipio de Constanza.Según los denunciantes, Soto Jiménez habría aprovechado su influenciay los recursos humanos y técnicos de la Secretaría de las FuerzasArmadas, para desarrollar un proyecto turístico privado denominadoGuaraguao en el sitio como como Las Neblinas,en la parte más alta de Constanza.Sigue diciendo el artículo me informaron que el acceso a la lomahabía sido restringido para la población, lo cual afectada el libretransito a decenas de familias que por años utilizaron caminosvecinales del sitio para llegar a sus viviendas.


Agrega Marino Zapete que visité en su despacho de las Fuerzas Armadasy le pedí su versión. Me dijo que no era el propietario del proyectoGuaraguao.Simbargo, sigue diciendo Zapete ,las personas consultadas en el pueblome aseguraron que Guaraguao es un proyecto de Soto Jiménez.Según los pobladores de allí, lo que ha hecho el secretario de lasFuerzas Armadas es proteger su reputación,colocando a otras personasal frente,dada la elevada inversión económica realizada.
El ex-presidente Rafael Leonidas Trujillo utilizaba a personas para que fungieran como dueños de algunas empresas o entidades,en ese aspecto el general que ahora de vende como historiador y como político honesto se da un parecido,por lo que no tiene moral para criticar a ninguna persona porque tenga una casa veraniega para su descanso o una finquita fuera de la ciudad .
Pero el señor Soto Jiménez también deberá aclararle a toda la nación cuál es el método empleado por los jerarcas militares y policiales para acumular grandes fortunas y después que pasan a la vida civil tratar de presentarse como grandes intelectuales y destacados dirigentes políticos.
Las nuevas generaciones esperan más transparencia,más honestidad y respeto de la clase política,a los fines de que los políticos puedan recobrar la credibilidad ante la población,pues ya nadie acepta la simulación, la hipocresía y la doble moral para dejarse engañar.
Los estudiantes y autoridades del Ínstituto de Estudios Superiores Loyola recibieron a este pro-hombre en la puesta en circulación de su obra, pero quedaron con el sabor amargo de que el mismo con ínfula presidencial no le explicara su emprendedurismo,mientras miles de guardias bajo su mando ganaban salarios de hambre que no le permitía alimentar ,educar y vestir a sus familias,mientras él se daba la buena vida y su cerebro estaba oxigenado y descansado para poder escribir sus libros.

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