LOS APORTES DE LA SINDICATURA DE JOSE MONTAS

En la valoración de una sindicatura, determinadas variables son consideradas de conformidad con el análisis que se quiere presentar. Algunas de esas variables son: la transparencia en el uso de los recursos económicos, la institucionalidad, la calidad de los miembros del consejo municipal, la relación del cabildo con la ciudadanía, la calidad de los servicios municipales, entre otras.
Nos interesa preponderar el aspecto institucional de la sindicatura del licenciado José Montás. Cómo la alcaldía de San Cristóbal se transforma de un mercado anarquizado totalmente en una institución orientada a cumplir los objetivos que la ley le asigna.
Antes de José teníamos:
Un cabildo administrado según el criterio personal del síndico. Los intereses personales del síndico se confundían con los intereses de la institución edilicia. No existía un plan de trabajo, unos objetivos encaminados a engrandecer la municipalidad.
El ayuntamiento era una fábrica de prebendas, fomento del parasitismo social, un deteriorado departamento de asistencia social y un espacio para las promociones politiqueras.
El clientelismo político orientaba todo el quehacer de la administración municipal.
Las diferentes instancias departamentales no funcionaban, y cuando lo hacían la ineficacia era la marca y distinción.
La transparencia en el uso de los fondos públicos escaseaba. Los asuntos se manejan entre “algunos compañeros estrechamente ligados al síndico”.
La otrora sala capitular deshonraba los principios fundamentales del municipio. Las sesiones se convertían en verdaderas asambleas de accionistas, no de regidores.
Este era el panorama del ayuntamiento de San Cristóbal cuando en el año 2006 el Partido de la Liberación Dominicana asume la dirección. Tras un balance de cuatro años de gestión, podemos asegurar que el cabildo sancristobalense, timoneado por el periodista José Montás, se ha convertido en una verdadera institución al servicio de los diferentes sectores del municipio.
Basta entrar al edificio municipal para enterarnos del cambio. Se respira un aire de orden y disciplina, de trabajo y cumplimiento, de respeto y decencia hacia los munícipes que van procurando los servicios municipales. Cada departamento cumple sus objetivos, con un personal altamente entrenado y con vocación de servicio.
El despacho del síndico es el despacho de un funcionario altamente comprometido con la representación que el pueblo le asignó. Descansa en las funciones que la constitución y las leyes ordenan. No es un despacho para negocios ni conciliaciones impuras.
En resumen: la sindicatura de José Montás ha recuperado la institucionalidad municipal, la decencia en la administración y el respeto a las esencias de la ciudad de San Cristóbal. Hoy podemos alegrarnos por una gestión digna y transparente.
Sé que todavía hay varios proyectos pendientes en la agenda municipal del partido en San Cristóbal. También sé que en los próximos seis años se cumplirán todas las metas y propósitos, siempre con la dirección y sapiencia del licenciado José Montás y el equipo de ediles peledeístas.

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