En nuestras escuelas se está registrando de forma vertiginosa y que ya parece algo común, el germen de la violencia, problemática que debe ponernos a reflexionar como sociedad y no solo como se hace de simplemente culpar al maestro, pues lo que está pasando en las escuelas es el reflejo que pasa en la sociedad, llámese familia, entorno y otros factores extraescolares, por lo que la reflexión debe iniciarse a partir de la escuela, de la comunidad, del estado, para que se analice con profundidad el porqué de tanto violencia, cuáles son los factores sociales que están impulsando esto. Preguntarnos si es la desigualdad y falta de equidad que hay en nuestra sociedad, o si es la falta de empleo en la familia en sentido general, donde la juventud ha perdido interés por la escuela. Es porque los padres que han dejado toda la carga a la escuela, principalmente en la jornada extendida, que van y depositan un niño o un joven a las 7 de la mañana y no saben de ellos hasta las 4 de la tarde, pues no hay medidas ni políticas que permitan a la familia y la sociedad apoyar el proceso y que se realicen evaluaciones continuas para mejorar sobre la marcha. Que se disponga de los servicios profesionales de trabajadores sociales para que contribuyan en el proceso de empoderamiento que necesitamos como sociedad sobre las dificultades que tienen nuestras escuelas.
Que identifiquemos las causantes por lo que existen los agresores, y los hechos que conocemos como manifestaciones, tal como es la delincuencia, asaltos, uso de drogas, violencia en la familia, a la mujer. Todo esto debe analizarse, ver con quiénes están viviendo los niños, para que se elabore una política que involucre a las organizaciones sociales, las iglesias, los ayuntamientos, y que se analice en cada comunidad y cada quien haga su aporte, se tomen medidas para que exista desde la temprana edad una formación en valores, y veremos que entre todos encontraremos las verdaderas causas y por tanto la forma de resolver esta problemática, pues hay una agresión colectiva. Se acaba la tolerancia, y el mismo acceso a todas las informaciones en el mundo sirve para aprender otras cosas, y hay un adagio popular que dice que los primeros valores deben entrar por casa, y la escuela es un segundo hogar, donde los muchachos pasan el día ahí siendo necesario una planificación que contenga actividades relacionadas a conformar un comportamiento moral, ético, colaborativo, solidario, para que así ellos puedan aprender lo que realmente deben, teniendo a los maestros enfocados en el énfasis por la enseñanza, los conocimientos que se comparten y refuerzan en la casa.
Cuando pasan estos casos de agresión como los vistos últimamente, deben involucrarse toda la escuela, la comunidad, ver por qué ha pasado, cuál ha sido la historia de estos muchachos, si han sido víctimas de agresión en el hogar, en el entorno y buscar soluciones, sin alimentar el morbo y sin dejar que las cosas simplemente pasen. Estamos a tiempo, actuemos, porque mañana será tarde y las consecuencias catastróficas y no deseadas.-
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