En
los momentos actuales se observa que el desarrollo del aspecto comunicacional
es algo casi muerto, siendo este componente la herramienta más necesaria en la
vida del ser humano para su desarrollo integral y su buena convivencia en su
medio social.
Desde
el mismo nacimiento, el ser humano ha dado indicio de la funcionalidad de su
lengua a través de la emisión de sonidos en un continuo fónico. El aprendizaje
de la lengua puede considerarse como innato, dado que todas las lenguas humanas
la han desarrollado, y el hecho de que
la misma es aprendida por medio de actos comunicativos, es decir, participando en contextos donde se hace uso de
la lengua.
Se
hace necesario recordar, el hecho de que desde que una criatura sale del
vientre de su madre a la luz de este
mundo, inmediatamente debe dar evidencia de que posee el privilegio de la
comunicación, acto que debe manifestarse por medio de un grito, el cual si no
se produce voluntariamente se les practica
una estereotomía, para que se produzca la señal de que comunica.
Se
hace pertinente que la lengua sea
estudiada o desarrollada en el aula con un rigor científico, analizando las
producciones lingüísticas de los sujetos y las comunidades. El salón de clase debe ser un espacio donde reine la libertad
comunicativa; en la que el diálogo y la interacción sea la principal acción que
predomine en la labor docente. Convertir el aula en un taller de uso de la lengua, orientada
para el buen desarrollo de los interlocutores y de satisfacer sus necesidades
para la concretización de un individuo reflexivo, crítico y con la capacidad de
comunicar sus virtudes. Sobre este
particular, Daniel Cassany sostiene que: “aprender lengua significa aprender a
usarla, a comunicarse, o si ya se domina algo, aprender a comunicarse mejor y
en situaciones más complejas”. Tener conocimiento y carecer de las habilidades
necesarias para aplicarlo, es un conocimiento carente de significado y sin
ningún valor.
La enseñanza de la lengua debe convertirse en
un asunto práctico, ya que la mejor forma de enseñarla es a través de su uso.
Generar reflexiones en inquietudes en los alumnos que les permitan desarrollar
competencias y habilidades para la vida, a fin de preparar ciudadanos responsables del desarrollo sostenible y el
componente comunicacional que debe poseer el estudiante de la presente época.
Para
lograr esto es pertinente que los
docentes de lengua comprendan, según la publicación de la UNESCO. . . (2006).
“Permitirles a los estudiantes apropiarse de las habilidades o competencias que
le habiliten actuar constructivamente,
para enfrentar con éxito los desafíos y las situaciones que la vida les
presenta, ayudándolos a desarrollar su potencial”.
Es necesario precisar
que el
Proceso de Enseñanza- Aprendizaje de la Lengua Española debe partir de la realidad de los educandos, fomentando
las capacidades dialógicas, como recurso básico de la socialización, la
comunicación y la expresión; enfatizando
la expresión semántica de la lengua y de la comunicación lingüística, como un
proceso de construcción de mensajes.
Hacer uso de la lengua en el salón de clase como el
único elemento que posibilita la comunicación y los intercambios de ideas,
sentimientos y la satisfacción de las necesidades de las personas.
Convertir el aula en un espacio de reflexión y
libertad, donde el intercambio de las ideas en los alumnos y el educador sea
una de las actividades más frecuentes en todo el proceso de la enseñanza de la
lengua en el salón de clase.
Prof. Wilson Diomedes Ramírez Arias
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