Centro BonĂ³: La democracia dominicana necesita un movimiento social articulado


SANTO DOMINGO.- “La democracia dominicana presenta un cuadro de salud precario debido a la desarticulaciĂ³n del movimiento social y a la estrategia de cooptaciĂ³n que ejercen los partidos polĂ­ticos dominantes”, afirmĂ³ el Centro BonĂ³ en su anĂ¡lisis de coyuntura correspondiente al mes de septiembre de 2015. En esta ocasiĂ³n, el tema abordado fue “Coyuntura polĂ­tica pre-electoral: desafĂ­o para los movimientos sociales y ciudadanos”.
 Los analistas del BonĂ³ explican la situaciĂ³n a partir de lo que llaman “sĂ­ndrome desmovilizador”, una especie de cuadro clĂ­nico que produce un estado patolĂ³gico causado por diversos factores y con diferentes sĂ­ntomas y manifestaciones. Lo caracterĂ­stico de un sĂ­ndrome es que los diversos sĂ­ntomas convergen en el tiempo y en el espacio dando lugar a lo que se caracteriza como un estado patolĂ³gico, situaciĂ³n enfermiza que malea y corroe la vida social y democrĂ¡tica.
 Pablo Mella y Roque FĂ©liz, voceros del BonĂ³, explicaron que la desarticulaciĂ³n del movimiento social se torna en un problema mĂ¡s grave en contextos pre-electorales como el que estĂ¡ viviendo la RepĂºblica Dominicana en este momento, debido a que sus posibilidades de actuar e incidir en el desarrollo de los acontecimientos polĂ­ticos a favor de los intereses de la ciudadanĂ­a y de los sectores vulnerados es superpuesta por las maquinarias electorales y la saturaciĂ³n del marketing de publicidad electoral.
 “La coyuntura pre-electoral de 2016 estĂ¡ signada por una serie de elementos que generan preocupaciĂ³n, principalmente el dominio sin freno del bloque polĂ­tico en el poder que busca generar un pacto nacional fundado en el reparto del Estado y no en compromisos programĂ¡ticos que profundicen la democracia y mejoren la equidad econĂ³mica y social; que busca controlar las instituciones del poder pĂºblico eclipsando las reformas democrĂ¡ticas que el paĂ­s ha construido en los Ăºltimos 21 años, desde la crisis electoral de 1994; la reforma constitucional reeleccionista de 2015 ha traĂ­do consigo un mercado y pactismo electoral que se engulle la institucionalidad democrĂ¡ticaLas bases de los partidos ya no eligen ni sus dirigentes ni sus pre-candidatos, todo se resuelve en las cĂºpulas de un pacto de reparto, y la poblaciĂ³n abajo esperando las migajas y el “boroneo” del clientelismo polĂ­tico, señalĂ³ Roque FĂ©liz.
 Los movimientos sociales, por su parte, sufren las causas de un sĂ­ndrome desmovilizador que les impide afirmarse y proyectarse como un bloque social de ciudadanĂ­a organizada en procura de gobernanza y gobernabilidad democrĂ¡ticas.
 La obra social de la Compañía de JesĂºs destaca cinco causas del sĂ­ndrome desmovilizador.
En primer lugar, estĂ¡ la incapacidad de la dirigencia del movimiento social para ponerse de acuerdo en una agenda bĂ¡sica comĂºn y en coordinar sus acciones, con un protagonismo compartido que tenga como prioridad el paĂ­s. Sin estos acuerdos serĂ¡ imposible poner en el debate parlamentario y gubernamental los temas mĂ¡s acuciantes para la sociedad dominicana. Estos temas son la corrupciĂ³n y la falta de institucionalidad, como catalizadores de la violencia social y de la inseguridad que inquietan el alma de todos los dominicanos. Para la gente del BonĂ³, la impunidad de los casos de corrupciĂ³n mĂ¡s sonados no es mĂ¡s que el sĂ­ntoma de la falta de institucionalidad para enfrentar la corrupciĂ³n. “TodavĂ­a estamos esperando la rendiciĂ³n de cuentas del hoyo fiscal de 2012 y el juicio de casos sonados y bien probados de corrupciĂ³n”. Señala con preocupaciĂ³n que la lucha contra la corrupciĂ³n no ha concitado el apoyo de la ciudadanĂ­a como lo hicieron en su momento el tema ecolĂ³gico y el tema educativo. “¡QuĂ© diferente resultan el caso dominicano y el caso guatemalteco, cuando las sumas implicadas son mayores en nuestro caso!” indicĂ³ Pablo Mella.
 En segundo lugar, los analistas del BonĂ³ señalan el clientelismo como causa desmovilizadora. En la Ăºltima encuesta del LatinobarĂ³metro, RepĂºblica Dominicana apareciĂ³ como el paĂ­s mĂ¡s clientelista de AmĂ©rica Latina. “El peso que tienen las polĂ­ticas de lucha contra la pobreza del Post Consenso de Washington tienen un poder desmovilizador incalculable en RepĂºblica Dominicana; todavĂ­a estamos a la espera de autĂ©nticas polĂ­ticas sociales universales y equitativas que no nos tomen por sorpresa”.
 La tercera razĂ³n de desmovilizaciĂ³n tiene que ver con la neutralizaciĂ³n de la intelectualidad. Con su gran poder de compra, el gobierno ha conseguido arrebañar voces crĂ­ticas de la sociedad civil,  sobre todo entre los profesionales de las ciencias sociales y de la comunicaciĂ³n. Muchas voces crĂ­ticas y pensamientos independientes han sido silenciados o reducidos a una suerte de conformidad confortable que le restan contrapeso democrĂ¡tico a la vida pĂºblica; el uso presupuestario de la  publicidad gubernamental y el manejo del subsidio presupuestario gravitan en las relaciones Estado-Sociedad y configuran un estado de neutralizaciĂ³n polĂ­tica de voces crĂ­ticas e independientes, lo cual gravita negativamente en la competencia electoral.
 Una cuarta razĂ³n de la desmovilizaciĂ³n social es la integraciĂ³n de los grupos pensantes y tĂ©cnicos de la sociedad civil en el gobierno. “Con un sistema de recaudaciĂ³n de fondos cada vez mĂ¡s sofisticado, y con una disposiciĂ³n desmesurada al endeudamiento, el gobierno cuenta con los fondos para pagar mejores salarios a muchos cuadros de ONG y movimientos sociales y ciudadanos, que en estos Ăºltimos años se han convertido en voceros del lĂ­der del partido o en funcionarios de programas sociales de corte asistencial”. 
 La quinta razĂ³n para la desmovilizaciĂ³n es la hiperinflaciĂ³n de la actividad partidaria como un medio legĂ­timo para acumular riqueza. El anĂ¡lisis del BonĂ³ señala que las actividades que mĂ¡s movilizan a los dominicanos giran en torno a los partidos polĂ­ticos. “Pero todo el mundo sabe que esta movilizaciĂ³n no se debe a convicciĂ³n ideolĂ³gica e identidad con un programa de gobierno, sino a sumas de dinero que se reparten hasta para un bandereo. Un peso mĂ¡s importante tienen laspromesas de nombramientos futuros en cargos de la maquinaria estatal. La manera descarada en que se habla de lareparticiĂ³n de los cargos pĂºblicos, sin el menor sonrojo, es sĂ­ntoma de un desorden profundo en la vida social dominicana”.
Entiende el BonĂ³ que mientras no exista una ley de partidos polĂ­ticos que obligue a democratizar el modo de proceder de los partidos y que transparente sus decisiones y las sumas que utilizan los candidatos para promoverse, serĂ¡ muy difĂ­cil contar con una poblaciĂ³n que se comprometa en una lucha social por conciencia ciudadana. Las reformas de los partidos polĂ­ticos y del rĂ©gimen  electoral son una necesidad urgente para  la transparencia del sistema polĂ­tico y electoral del paĂ­s,  para asegurar la competencia equitativa entre los partidos de gobierno y oposiciĂ³n  y  para alcanzar una distribuciĂ³n del poder mĂ¡s equitativo, equilibrado y democrĂ¡tico.
 Concluyen los analistas del BonĂ³ que  “Solo la articulaciĂ³n del movimiento social podrĂ¡ ejercer una sana y libre oposiciĂ³n a un Estado secuestrado por el unipartidismo, ahora disfrazado de ´Bloque Progresista’. Contando con un 90% de los fondos pĂºblicos para hacer campaña, en esta coyuntura pre-electoral la suerte de las elecciones de 2016 ya estĂ¡ echada; el clientelismo seguirĂ¡ marcando la vida polĂ­tica dominicana en detrimento de una autĂ©ntica democracia, a no ser que se articule un amplio movimiento social que adecente la vida institucional dominicana, en las esferas pĂºblica y privada, antes, durante y despuĂ©s de las elecciones de 2016”.
 Estas declaraciones fueron ofrecidas en el marco del anĂ¡lisis de coyuntura que el Centro BonĂ³ celebra los primeros sĂ¡bados de cada mes, esta vez dedicado al anĂ¡lisis del proceso pre-electoral 2016, contĂ³ con la participaciĂ³n del periodista Juan BolĂ­var DĂ­az como expositor central y con los comentarios como panelistas de JosĂ© Luis Murillo de la Red Nacional de JĂ³venes; Marianela Carvajal DĂ­az, del Foro de Mujeres; Katerina Cabrera (Kati) de la CONAMUCA y el Movimiento Campesino; - Eulogia Familia del Movimiento Sindical, representante de la CNUS; Gabino HernĂ¡ndez, del sector urbano popular y comunitario, representante e ACOPRO; Rosa Iris DedionĂ©, RECONOCIDO; Luis Carvajal,  movimiento ambientalista y ComisiĂ³n de Medio Ambiente de la UASD; Mario BergĂ©s, del movimiento cĂ­vico Impunidad Cero; y Manuel Robles, del espacio de articulaciĂ³n social y ciudadana.

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