Por Pablo Vicente
La polÃtica dominicana enfrenta un momento decisivo. Con un escenario global en constante cambio y una ciudadanÃa cada vez más crÃtica y demandante, los partidos polÃticos en la República Dominicana se encuentran en una encrucijada: renovar o morir.
En las pasadas elecciones, el PLD experimentó un desgaste considerable debido a diversos escándalos de corrupción y una creciente desconfianza de parte de la ciudadanÃa. El PRM, en cambio, ha capitalizado esta situación, logrando acceder al poder en 2020 con la elección de Luis Abinader como presidente y repetir nuevamente en el 2024, en cambio el partido Fuerza del Pueblo que surge del desprendimiento del PLD, se abre paso pasando hoy en dÃa a ser la segunda fuerza polÃtica, los partidos minoritarios aún no logran captar el interés de la ciudadanÃa obteniendo resultados electorales pÃrrico.
Ante ese escenario polÃtico, la sociedad dominicana exige hoy más que nunca transparencia, eficacia y representatividad en sus instituciones polÃticas. Los partidos tradicionales enfrentan la presión de adaptarse a nuevas realidades donde las redes sociales juegan un papel crucial en la formación de opiniones y movilización ciudadana. Además, la demanda por polÃticas públicas inclusivas y sostenibles está en aumento. Para mantenerse relevantes, los partidos deben adoptar una serie de medidas que les permitan evolucionar y de no ser asà estarÃan cavando su propia tumba.
Un partido polÃtico moderno tiene que implementar mecanismos de control interno y externo que garanticen la integridad en la gestión de los recursos y decisiones partidarias. Pero también es necesario fomentar la participación de mujeres y jóvenes en todos los niveles de la organización, tanto en la estructura interna como en las diferentes posiciones de elección. Esto no solo fortalece la representatividad, sino que también aporta nuevas perspectivas y energÃas al debate polÃtico.
Los nuevos tiempos obligan a los partidos a aprovechar las herramientas digitales para mejorar la comunicación con la ciudadanÃa y la militancia polÃtica para que la toma de decisiones sea sobre la base de proceso participativo.
Es necesario desarrollar programas de formación continua para los miembros del partido, enfocados en liderazgo, ética y gestión pública. Un partido más capacitado está mejor preparado para enfrentar los desafÃos de los tiempos actuales.
Indiscutiblemente, la evolución de los partidos polÃticos en la República Dominicana es esencial para la consolidación de una democracia robusta y efectiva. Aquellos partidos que no logren adaptarse corren el riesgo de ser relegados por aquellos que sà estén en sintonÃa con las necesidades de la ciudadanÃa.
El camino hacia una nueva era polÃtica en la República Dominicana requiere de una visión más integral, los partidos que entiendan esta dinámica y actúen en consecuencia serán los que definan el futuro del paÃs, mientras que los que se aferran al pasado verán su relevancia desvanecerse.
En definitiva, a raÃz del proceso electoral pasado, la República Dominicana está en un punto de inflexión, la polÃtica ya no puede ser un ejercicio de poder por el poder mismo; debe ser un servicio a la ciudadanÃa y una vinculación constante entre partidos y electores, en ese contexto los partidos tienen la oportunidad de liderar esta transformación, pero solo lo lograrán si aceptan el reto de evolucionar. El tiempo dirá quiénes están a la altura de esta misión histórica.

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