Por Pablo Vicente
En la era de la información como en la que vivimos, el conocimiento se encuentra a un solo clic de distancia. Sin embargo, en esta misma era, distinguir la verdad de la ficción se ha convertido en un desafÃo cada vez más complejo, y precisamente en uno de los ámbitos donde la presencia de las "fake news" o noticias falsas ha tenido un impacto más significativo es sin lugar a duda en los procesos electorales, ya que esto afecta en la integridad electoral y al sistema de partidos polÃticos.
Las elecciones representan la base de la democracia representativa, donde cada voto cuenta y deberÃa estar basado en una decisión informada. Lamentablemente, las noticias falsas tienen un campo fértil en el ámbito electoral, llevando a muchos a cuestionarse, ¿Hasta qué punto es ético la manipulación de información para incidir en resultados electorales?
Aunque la difusión de rumores y falsedades no es algo nuevo, la expansión de las redes sociales ha potenciado la capacidad de propagación de estas noticias. Antiguamente, una noticia falsa necesitaba tiempo y recursos para esparcirse, pero ahora, un simple retweet o compartir una información puede hacer que llegue a miles o incluso millones en cuestión de minutos.
Durante las campañas electorales, las noticias falsas suelen centrarse en desacreditar a un candidato, en plantear propuestas polÃticas inexistentes, resaltar escándalos que pueden ser reales o inventados e incluso tergiversar información con relación a resultados electorales. Estas tácticas buscan influir en la percepción pública y, finalmente, en el voto de los electores.
En algunos casos las fake news han incluido afirmaciones exageradas sobre la salud o el pasado de un candidato, o la propagación de teorÃas de conspiración sin fundamento.
La rapidez con la que se propagan las fake news y la dificultad de desmentirlas en tiempo real y oportuno, otorgan a las noticias falsas un poder desmesurado que si no se detiene a tiempo afecta el sano desarrollo de un proceso electoral.
En tal sentido es importante hacer esfuerzos para combatir la propagación de noticias falsas, mediante la verificación de hechos y confirmando contenidos dudosos.
Es por eso, que, los medios de comunicación tradicionales tienen que seguir intensificando sus esfuerzos de verificación de hechos, en vista de que dichos medios gozan de cierta credibilidad y son una fuente de información confiable, brindando al público informaciones veraz y oportuna para que la sociedad esté en capacidad de discernir entre la verdad de la mentira.
En definitiva, las fake news son una amenaza real para la integridad de las elecciones y la democracia en general. Es esencial que, como sociedad, seamos crÃticos con las informaciones que consumimos y buscando siempre fuentes creÃbles y confiables.
Es importante mitigar el impacto de las noticias falsas y por eso la responsabilidad recae en cada uno de nosotros para asegurarnos de que nuestras decisiones estén basadas en hechos reales y no en ficciones.
El autor es abogado, master en derecho electoral y presidente de FUJUDEL fujudel@gmail.com
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