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SIPIAPA
Conclusiones de la III Cumbre Mundial sobre Desinformación
LĆderes de la lucha contra las noticias falsas y tendenciosas presentaron sus iniciativas el 27 y 28 de septiembre.
Miami (29 de septiembre de 2023) - La Sociedad Interamericana de Prensa presentó hoy las conclusiones de la III Cumbre Mundial Sobre la Desinformación organizada en conjunto con la Fundación para el Periodismo de Bolivia y el Proyecto DesconfĆo de Argentina, la cual contó con presentaciones detalladas sobre las estrategias de vanguardia para enfrentar la amenaza de los bulos contra el periodismo.
La cumbre se realizó en formato virtual los dĆas 27 y 28 de septiembre y atrajo a mĆ”s de 2.000 personas inscritas de 52 paĆses. Los videos de todas las sesiones pueden verse aquĆ.
El director ejecutivo de la SIP, Ricardo Trotti, en una parte del resumen destacó la "responsabilidad primaria (de los medios de comunicación) de invertir en procesos de educación y alfabetización digital de sus audiencias", tal como lo pide la Declaración de Salta Sobre Principios de Libertad de Expresión en la Era Digital.
A continuación el texto completo de las Conclusiones de la III Cumbre Mundial sobre Desinformación:
Conclusiones de la III Cumbre de la Desinformación: Regulación inteligente para combatir la desinformación
"Tras escuchar a todos los panelistas y recordar las enseñanzas de las dos primeras cumbres, aprendà que se requiere una postura multidimensional para atacar la desinformación en la que cada grupo, gobiernos, plataformas, fact-checkers, medios de comunicación y audiencias asuman responsabilidades.
La responsabilidad primaria recae en los gobiernos y organismos multilaterales. Pese a que soy contrario a regulaciones y legislaciones en materia de comunicación porque siempre terminan como herramientas de control gubernamental sobre medios, redes sociales o expresión en general, advierto que no se puede controlar la desinformación si no existen polĆticas pĆŗblicas inteligentes, eficientes y severas.
Creo que hay modelos legislativos sobre expresión que arrojan enseƱanzas positivas para regular en contra de la desinformación. Hay que hacer una salvedad y es que, en el ecosistema de la libertad de prensa, hay legislaciones malas, en especial las leyes de comunicación o de prensa o las que se entrometen con las polĆticas editoriales de los medios, ya sea mediante cuotas sobre tipos de medios, colegiación obligatoria de periodistas, desacato y criminalización de la difamación. Sin embargo, son muy positivas aquellas leyes referidas al mandato obligatorio a los gobiernos para que permitan el acceso a la información y sean transparentes en los asuntos pĆŗblicos.
AsĆ como existen leyes contra los abusos infantiles, la pornografĆa y otros delitos o leyes positivas a favor de los derechos de gĆ©nero y de las minorĆas, la desinformación intencional debe ser atacada como un delito que conspira contra la democracia, con agravantes cuando las campaƱas de desinformación buscan corroer los procesos electorales. Tampoco se debe sobre legislar, en especial contra aquellos delitos que ya estĆ”n incluidos en los códigos penales y tienen que ver con la estigmatización, difamación, invasión de la privacidad, robo de datos personales o de identidad.
Hay tres elementos imprescindibles para una legislación inteligente y simple sobre la desinformación. El primero es que debe prohibir que los gobiernos y a los partidos polĆticos puedan desinformar y que se castigue a aquellas dependencias y funcionarios que crean y usan ejĆ©rcitos de bots y trolles para crear campaƱas de difamación y mentiras contra medios, periodistas, crĆticos y opositores. El segundo es que debe demandar a los gobiernos la transparencia sobre los procesos de información y publicidad pĆŗblica apegados a la verdad, la prohibición de la propaganda ideológica y la transparencia de los gastos, incluyendo la manipulación partidaria de los medios pĆŗblicos. Y tercero, debe responsabilizar a las plataformas digitales y los desarrolladores de inteligencia artificial como editores de contenidos y no solo como distribuidores de estos, teniendo en cuenta otras responsabilidades en materia de transparencia en el manejo de algoritmos, publicidad y reconocimiento del derecho de propiedad intelectual.
Debe quedar estrictamente prohibido para los gobiernos crear tribunales de contenido o erigirse como jueces de las libertades de prensa y expresión. Los lĆmites, restricciones y controles deben estar bajo la resolución de los tribunales judiciales y su manejo previo, debe estar zanjado a travĆ©s de grupos independientes o entidades autónomas. El Estado deberĆ” subsidiar a estos grupos que absorberĆ”n en primera lĆnea las disputas sobre desinformación, asĆ como disponer dineros para campaƱas de educación y alfabetización mediĆ”tica y digital.
HabrĆ” que seguir observando y aprendiendo de los procesos de debates y consultas que estĆ”n haciendo los legisladores con la sociedad civil en paĆses democrĆ”ticos y desconfiar de aquellos paĆses mĆ”s autoritarios donde se imponen leyes de regulación de redes sociales o de la libertad de expresión con la intención de acallar las crĆticas y el disenso.
El esfuerzo de los medios, del periodismo, plataformas digitales, redes sociales, desarrolladores de inteligencia artificial debe basarse en la observación de la ley, pero, también, en métodos de autorregulación y medidas internas que coarte la desinformación, engaños o bulos antes de que sean distribuidos y se viralicen. Asimismo, como pide la Declaración de Salta de la SIP, tienen la responsabilidad primaria de invertir en procesos de educación, alfabetización digital de sus audiencias.
Los medios de comunicación y la responsabilidad que ya recae sobre ellos, debe incentivarlos para seguir creando contenidos de calidad y crear buen periodismo como vacuna o antĆdoto contra la desinformación. Como bien se dijo en esta III Cumbre, los desinformadores deben saber que crear desinformación tendrĆ” un costo elevado.
Cada aƱo vemos en estas cumbres cómo va creciendo el nĆŗmero de organizaciones de fact-checking y la mayor sofisticación para detectar y controlar la desinformación. Estos grupos deben tener mayor libertad e incentivos para actuar. No se puede aceptar que haya gobiernos que prohĆben la entrada de dineros del extranjero que pueden fortalecer a estos grupos y a otros dedicados a la supervisión de los derechos humanos.
Esta III Cumbre demostró que la desinformación estÔ socavando los pilares democrÔticos y motivando a gobiernos autoritarios. Por ello, como nunca, existe mÔs conciencia de que cada sector debe asumir sus responsabilidades para proteger la democracia".

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