Por Mario Lorenzo
Por fin justamente a un año de hacer su aparición en nuestro país de ese terrible mal, en hora buena a nuestra nación la tan soñada, necesaria y esperada vacuna contra esta maldición universal.Este hecho constituye un episodio maravilloso que mantiene atonitos a muchos que lo contemplan y debe tocar nuestros corazones y movernos a dar mil gracias a Dios por su gran misericordia, por haber escuchado nuestras más profundas oraciones y suplicas con ojos humedecidos.
Es un privilegio muy grande el poder decir, gracias mi buen Dios porque yo nunca dude de ti y tenía la fe de que tu mas temprano que tarde iba a iluminar las mentes de los hombres y mujeres de de ciencias para la creación de tan necesaria medicina, que hoy al saber que es una realidad, nos dan ganas de pelliscarnos para ver si estamos soñando o no, porque aún cuando estamos plenamente convencidos de que para el creador de todas las cosas no hay imposibles, hubo momentos que por nuestra debilidad humana, tambaleamos y pensamos que llegar a esta celebración era casi imposible por las constantes mutaciones del virus.
Por lo que como dijimos, seamos agradecidos y demos muchas gracias a Dios de manera individual y en familias porque millones de seres humanos murieron desesperados por poder llegar en vida al momento que hoy nosotros estamos viviendo, y otros vieron partir a sus seres queridos que eran pedazos de su corazón, sin poder hacer nada por ellos y en la mayoría de los casos no de los dejaban ver para mirando sus rostros darle el último adios.De modo pues que demos gracias al Altísimo por este hermoso despertar, ya que hasta la fecha alrededor de dos millones y medio de seres humanos igual que nosotros yacen en la tumba fría priducto de esta infernal pandemia y sin embago nosotros podemos jubilosos abrir nuestros corazones y nuestros labios para poder decir como lo.manifiesta un himno cristiano que escuché una vez que decia:¡Que detalle señor has tenido con migo,cuando me escuchaste y dijiste que tu eras mi amigo!.
No me canso de repetir el agradecimiento a Dios y a nuestras autoridades por ser tan diligentes para traer la medicina a nuestro país, especialmente a la señora vice presidente de la República Lic. Raquel Peña por ser tan preparada y dirigir con tanto empeño y eficiencia el Gabinete Presidencial de la Salud.
Acudamos jubilosos a ponernos la vacuna, que es una bendición de Dios, que inclusive nos la están ofreciendo gratis, cuando hubo seres humanos que murieron asfixiados por este mal y tanto ellos como sus seres queridos, estuvieron dispuestos a pagar los millones de dollares que le pidieran por una de estas vacunas pero muy lamentablemente no le fue posible ya que todavía no las habian inventado. Creo por último que todas las familias Y las iglesias cristianas en nuestro país y el mundo deben realizar ceremonias de acción de gracias a Dios por su infinita misericordia y ojalá que este tal vez merecido castigo que recibimos de lo alto nos sirva de lección permanente para que no endurezcamos nuestros corazones y nos ayude a ser mejores personas y ver en cada ser humano sin importar condiciones a un hermano que es nuestro complemento y es vivo reflejo de nuestro amado Dios.
El autor es catedrático universitario y dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)
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