Hoy celebramos el 157 aniversario de la Restauración de la República

 

Con varios actos se celebra el 157 aniversario de la Restauración y los actos de toma de posesión del nuevo presidente Luís Rodolfo Abinader Corona y la  vicepresidente Raquel Peña.

La Guerra de Restauración fue la gesta patriótico en que el pueblo dominicano se leva

ntó en arma para poner en vigor el ideal de los trinitarios de que nuestra patria fuera libre e independiente de toda potencia extranjera.

Hoy recordamos con mucha alegría este gran acontecimiento que tuvo sus antecedentes con el levantamiento del general José Contreras el 2 de mayo de 1861 y de Francisco del Rosario Sánchez (Francisco Sánchez del Rosario) el 4  de julio de 1861.

También que tuvo como inicio formal el 16 de agosto de 1863 con el grito de Capotillo encabezado por Santiago Rodríguez que tuvo su entrada victoriosa e izó la bandera nacional en Capotillo ,Dajabón,dejando iniciada esta importante de guerra.

Es oportuno señalar que esta guerra al igual que en la de Independencia Nacional tomaron acción sancristoberos valientes como José María Cabral y Luna ,quien fuera dos veces presidente de la República; Generales Desiderio Del Pozo,Aniceto Martínez, el general José del Carmen Reynoso,entre otros.

 La Guerra de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde 1863 hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el conservadurismo dominicano había invitado de nuevo a tomar posesión del país 17 años después de la Guerra de la Independencia contra la República de Haití y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan independientes de España. El 16 de agosto de 1863, un grupo de patriotas dominicanos liderados por Santiago Rodríguez asaltaron la ciudad fronteriza de Dajabón y alzaron la bandera dominicana en el Cerro de Capotillo. El grito de Capotillo fue el detonante de la Guerra de la Restauración. Los dominicanos entraban en combate al grito de "¡Viva la República!". El grito de guerra de los españoles era: "¡Viva la Reina!".13​ La lucha entre los rebeldes dominicanos y las fuerzas españolas continuó hasta 1865 cuando la reina Isabel II de Borbón decidió abandonar la colonia.

En 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la presidencia a Buenaventura Báez, quien había quebrado la Tesorería de la Nación con grandes ganancias para sí mismo. Frente a una crisis económica, así como la posibilidad de un nuevo ataque de Haití, Santana pidió a España que retomara el control de su antigua posesión bajo la categoría de provincia, con tan solo 17 años de independencia. Al principio, la monarquía española estaba preocupada, pero con los Estados Unidos ocupados con su propia guerra civil e incapaces de imponer la Doctrina Monroe, consideraba que había una oportunidad para reafirmar el control en América Latina. El 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Sin embargo, este acto no fue bien recibido por todos. El 2 de mayo, el general José Contreras lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití (cuyo gobierno aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en la zona), pero fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861. Eventualmente Santana renunciaría a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar a peninsulares en los cargos de poder; la reina Isabel II le confirió el marquesado de las Carreras como compensación por sus servicios al Reino.

El Grito de Capotillo

El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo de 14 hombres bajo el liderazgo de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión en el cerro de Capotillo (Dajabón) e izaron el pabellón dominicano. Esta acción, conocida como el Grito de Capotillo, fue el comienzo de la guerra. Entre los integrantes se encontraban Benito Monción, Juan Antonio Polanco, hermano mayor del general Gaspar Polanco, Pedro Antonio Pimentel, entre otros. El experimentado guerrero Gaspar Polanco esta vez se coloca a su lado y llega con ellos a las afueras de la ciudad de Santiago, la cual fue sitiada por miles de hombres.







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