Por:
Cristian Ceballos

La constitución de la república se ha convertido en un
traje a la medida de los gobernantes de turno; quienes, picado por el gusanillo
de la repostulación, que emerge propio de un ambiente rodeado de alabarderos, que
medran siempre alrededor del poder, los cuales insisten de manera permanente, sobre
las condiciones sobrenaturales que le visualizan al presidente de turno, que
ocupe la silla de alfileres.
La reforma constitucional del año 1994, fue una
reforma orgánica, e integral, para quien suscribe, una de las más avanzadas y
bien concebida en los últimos años, que si bien es cierto, surgió producto de
la crisis política generada en los comicios en que compitieron el Dr. Joaquín
Balaguer y el Dr. José Francisco Peña Gómez, en las elecciones celebradas en
ese mismo año, no es menos cierto, que
la misma sirvió para introducir avances importantes que han redundado
positivamente, de manera directa nuestra democracia y vida institucional.
Dentro de los principales aspectos que se recuerdan de
esa reforma: podemos recordar y se
destacan de manera puntual: la creación del Consejo Nacional de la Magistratura,
la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales,
la doble ciudadanía;elementos novedosos que sentaron las bases para el
ejercicio pleno del derecho de elegir y ser elegido, y fortalecimiento de la
democracia dominicana.
Quiero ver a los propulsores de que nuestra carta
magna sea nuevamente modificada, pidiendo que el país se recupere de la más
reciente estafa económica “Punta Catalina”, la cual ha diezmado de manera significativa
las arcas públicas; preocupados también por la inseguridad ciudadana, que cada día cobra vidas útiles y productivas
de jóvenes, mujeres, obreros, profesionales que caen abatidos por la
delincuencia común, parte de ella, incubada
en un sistema que no genera oportunidades de desarrollo para sus ciudadanos; Quiero ver esos mismos patriotas, que hoy
imploran y ruega una nueva Reforma Constitucional, pidiendo al gobierno la
disminución de la nómina pública, atomizada por botellas que cobran sin rendir
una función productiva al estado; De
igual forma, donde están esos eminentes ciudadanos, para exigirle a l gobierno transparencia en el
sistema de compra, licitaciones y contrataciones públicas, cuales han sido sus
exigencias, para que haya en el país una ejecución correcta del presupuesto
nacional.
“Esos prohombres, y mujeresdechados de virtudes”, que
exigen una Reforma Constitucional que rehabiliten al mandatario de turno, la
sociedad quiere verlos fijando posiciones sobre problemas ancestrales, que
están ahí, disminuyendo cada día la calidad de vida de los dominicanos.
El aumento desmesurado de la pobreza, el desplome de
sistema sanitario en el país, el aumento del desempleo, la baja calidad de la
educación; aún con el aumento que el 4% le otorga al estado para ese sector, en
fin; una cantidad de problemas acuciantes, que ameritan de manera seria la
atención del estado y necesita de patriotas como los “reformadores”, para que
sean abordados con celeridad. Se le quieren hacer gracioso al presidente Danilo
Medina, hay razones que conocemos, unas públicas, otras se conocerán en la
posteridad.
Pero; vamos, mano a la obra, distinguidos ciudadanos
preocupados por el gasto público, demuestren su preocupación también por los
problemas que nos aquejan, parte de los cuales hemos citado en este escrito.
Esperamos su pronta reacción, como lo han hecho en su interés por la
Rehabilitación Presidencial.
El autor es
abogado y periodista
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