HISTORIA OLVIDADA DE UNA PATRIOTA DE LA GUERRA DE ABRIL QUE HOY MUERE EN LA MISERIA


Mercedes Pared Martinez (Luchi Pared), nos cuenta su historia 
Por Tirso Medrano.
El 24 de abril de 1965, a mí me faltaban 34 días para cumplir 23 años y estaba recién parida de mi primer hijo Miguel Ángel Santana, quien nació el 29 de marzo de 1965. Yo vivía en la Álvaro Garabito número 35, esa casa me la regalo mi padre al divorciarse de mi madre y ahí vivo todavía.
Tanto mi abuela materna como mi madre me aconsejaron que no me incorporara a la revolución ya que yo estaba recién parida; pero el 28 de abril oigo en la radio que estamos invadidos por tropas norteamericanas. Inmediatamente cogí mi muchachito, recogí algunos pañales y los introduje en un bulto y a escondida de mi madre me fui para donde mi abuela paterna que vivía en la calle Abreu con Montecristi en las Cinco Esquina. Allí estuve hasta el 15 de mayo cuando los yanquis en su intento de tomar el barrio San Carlos rodaron el cordón de seguridad que estaba en la calle Barahona hasta la calle Montecristi.
Entonces me fui con mi muchachito al hombro a un comando que estaba en el taller de costura donde yo trabajaba en la calle Santomé. El dueño Roque Feliz le presto el local a un grupo de jóvenes constitucionalistas. Eran de diferentes ideologías políticas, entraban y salían, pero sin ninguna disciplina.
Como a los cinco días de estar allí, me fui al comando Patria Libre que estaba en el Callejón Imbert. Ese comando lo dirigía el Capitán de Navío Manuel Ramón Montes Arache. Yo hacía servicio de día hasta las seis de la tarde patrullando con un fusil Máuser pequeño. Salía desde el Callejón Imbert, cogía la 16 de Agosto hasta el parque Independencia y ahí doblaba por la 30 de Marzo hasta el Callejón Imbert de nuevo. En eso estuve hasta el 3 de septiembre de 1965. Montes Arache me hizo Raso de la Fuerza Armada Constitucionalista.
Nunca me han tomado en cuenta. Primera vez que me hacen una entrevista. Vivo en la más extrema de la miseria, sin seguro médico, sin una pensión económica y padeciendo quebrantos de salud; pero si tengo que volver a coger el fusil para defender mi Patria no lo pensaría dos veces. ¡Patria o muerte!

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