
Bávaro, República Dominicana
24 de enero, 2017
ExcelentÃsimos Señores Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad De
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC);
ExcelentÃsimos Jefes de Estado y de Gobierno Miembros del Cuarteto;
ExcelentÃsimos Vicepresidentes de paÃses Miembros de la CELAC;
Honorables Jefes de Delegaciones de paÃses Miembros de la CELAC;
Honorables Representantes de Organismos Internacionales y
Regionales Invitados;
Honorables Ministros y demás funcionarios del Gobierno de la República
Dominicana;
Distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático acreditados en el paÃs;
Distinguidos miembros de la prensa nacional e internacional;
Señoras y señores;
Deseo darles la bienvenida y agradecerles que hayan
aceptado nuestra invitación a esta cumbre de jefes de Estado y de gobierno de
la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), y que nos hayan
honrado con su presencia aquà en Punta Cana, una de las zonas más bellas y más
visitadas de la República Dominicana.
Quiero, ante todo, desearles dicha y prosperidad a
ustedes, a sus familiares y a sus pueblos en este año 2017 que llega cargado de
tareas por emprender, pero también de oportunidades que sin duda sabremos
aprovechar con solidaridad y apoyo recÃproco.
Antes de continuar estas palabras, quisiera pedirles
por favor, que guardemos un minuto de silencio en honor al lÃder de la
Revolución de Cuba, Fidel Castro Ruz, fallecido hace apenas dos meses.
Fidel fue uno de los principales propulsores de la
CELAC y un firme creyente, durante toda su vida, en el sueño de una América
Latina unida en la senda del progreso.
Por favor, ponerse todos de pie, para este tributo
de respeto y honor.
Muchas gracias.
Amigos y amigas,
Cuando nos reunimos hace un año en Quito para asumir
la presidencia pro-témpore de la CELAC,no previmos los vaivenes que nos
depararÃa el año, ni tampoco que el mundo abrirÃa una etapa de dudas en su
porvenir.
La mayorÃa, dimos por descontado que la apertura al
comercio, la inversión y la creciente movilidad de los capitales y las
personas, junto a la consolidación del Estado del Bienestar en nuestro
hemisferio, eran tendencias que permanecerÃaninquebrantablesen un mundo cada
vez más globalizado e interconectado.
Pero, estábamos equivocados.
Quizás porque subestimamos los niveles de angustia y
rabia de segmentos poblacionales importantes en los paÃses desarrollados, que
no han percibido los frutos de la nueva economÃa global.
Quizás porque no previmos el uso que algunos
sectores realizarÃan de los crecientes flujos migratorios, contribuyendo asà a
agravar el descontento de poblaciones ya insatisfechas.
Pero lo cierto es que, asÃ, fue abriéndose el camino
a un creciente repliegue identitario y excluyente.
ElBrexit de Gran Bretaña y las
propuestas de revisión de los tratados de libre comercio de la nueva
administración republicana en los Estados Unidos, son sólo algunas de las
señales que nos muestran la transición polÃtica y económica que estamos
viviendo.
Por su parte, nuestra región llega a este momento
histórico tras décadas de reformas estructurales que nos han permitido
insertarnos en la economÃa global, mejorar nuestra competitividad y, al mismo tiempo,
mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos.
Hemos fortalecido las finanzas públicas, hemos
establecido polÃticas sociales y servicios públicos para reducir
sustancialmente la pobreza, hemos estimulado la iniciativa y la inversión
privada y hemos abierto nuestras economÃas al exterior.
Los resultados de estas acciones están a la vista.
Conforme a un estudio de la CEPAL, en nuestra región se redujo el nivel de
pobreza general de 48.4% en 1990 a 29.2% en el año 2015. Para ese mismo perÃodo
de 25 años, la pobreza extrema se redujo de 22.6% a 12.4%.
El Producto Interno Bruto del conjunto delos paÃses
que constituimos la CELAC, medido en dólares de paridad de poder adquisitivo, pasó
de 1.58 trillones de dólares en 1990 a 9.45 trillones el año pasado.
Es decir, enun cuarto de siglo, se multiplicó por 6
el PIB regional.
Les daré solo un dato para ejemplificar la
interconexión de nuestras economÃas en el mercado global: las 33 naciones que
conformamos la CELAC hemos firmado en estos años 164 acuerdos de libre comercio
bilaterales y multilaterales.
Si bien sabemos que los tratados de libre comercio no
son herramientas perfectas y, de hecho, estamos trabajando para mejorar su
eficiencia, no podemos ignorar tampoco que su puesta en marcha nos ha abierto
muchas puertas yha traÃdo numerosos beneficios.
Por tanto, no parece razonable pensar que Estados
Unidos y los paÃses desarrollados, tras años impulsando la apertura y la
globalización tanto dentro como fuera de sus fronteras, abandonen ahora estas
polÃticas que han contribuidoa acrecentar las esperanzas de progreso de todos nuestros pueblos.
Creo que todos estaremos de acuerdo en que el mundo
entero saldrÃa perdiendo si Estados Unidos, Europa y China adoptan el modelo de
las represalias arancelarias que en el pasado sólo ha servido para generar
pobreza.
Sin embargo, preocupa que, ante los anuncios de
imposiciones unilaterales de aranceles para proteger industrias especÃficas, comience
a pasearse por todos los escenarios globales el fantasma del proteccionismo y
las consecuentes guerras comerciales.
De la misma manera,vemos con preocupación que este
discurso creciente de proteccionismo y cierre de fronteras no se limita al
ámbito económico, sino quepuede tener consecuencias graves sobre nuestra
población migrante.
Ante estos retos, entendemos que la CELAC tiene una
gran responsabilidad: la de velar siempre por los intereses de nuestros
pueblos.
Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance
para prevenir el regreso de un pasado que, ahora, trata de venderse como
superior al estadio de desarrollo que hemos alcanzado.
Debemos preservar las bondades de un mundo
interconectado, al tiempo que protegemos los logros alcanzados en materia de
bienestar social para las grandes mayorÃas de nuestros paÃses.
No es tiempo de aislarnos e ir hacia atrás, sino de
profundizar nuestros lazos, para avanzar con más impulso hacia delante.
La inversión social de calidad debe seguir contribuyendo a mejorar la
salud y elevar el nivel educativo de nuestras poblaciones, reduciendo asà las
brechas sociales.
El acceso a puestos de trabajo dignos, a seguridad, protección social ya
viviendas dignas, son derechos que no puede estar sujeto a los vaivenes de la
economÃa internacional.
Estamos convencidos que nuestros pueblos y gobiernos pueden y
debenconsolidar el camino del progreso con equidad.
Señoras y señores,
Las 33 naciones que constituimos hoy la CELAC representamos
un mercado global de 614 millones de personas.
Tenemos el potencial para navegar con éxito estos
tiempos de dudas.
Sin embargo, el panorama económico actual no está exento de retos: El
crecimiento del PIB regional se situó alrededor del 1% en 2016 y las
exportaciones de bienes y servicios cayeron 5%.
En este contexto, CEPAL recomienda a nuestros gobiernostres lÃneas de
actuación fundamentales:
Por una parte, implementar polÃticas contracÃclicas y aumentar la
productividad.
Por otra, tomar medidas que reduzcan la evasión y la elusión fiscal,
estimada en 6,7% del PIB regional, además de hacer una revisión de subsidios e
incentivos.
Y, en tercer, lugar reorientar el gasto público para priorizar la inversión
productiva y el gasto social esencial.
Dicho de otra manera: que gastemos más y mejor en el bienestar y progreso
de las grandes mayorÃas populares de América Latina y El Caribe.
Señoras y señores,
Ese es el panorama económico que tenemos como trasfondo en esta V Cumbre de nuestra
Comunidad de Estados, diseñada para ser un espacio de concertación polÃtica,
integración regional y representación institucional colectiva ante la comunidad
internacional.
Y en este contexto, nuestro objetivo no puede ser otro que la construcción
de un amplio espacio regional de intercambio comercial, inversión de capitales
y financiamiento; transferencia tecnológica, circulación de capital humano y
cooperación.
Las proyecciones económicas más optimistas para este nuevo año que
iniciamos se fundamentan en 4 pilares básicos:
1. Una mejora de los precios de las materias primas que influirá en los
paÃses sudamericanos
2. El aumento del flujo turÃstico, que incidirá de manera positiva, especialmente en México y El Caribe.
3. Una mayor demanda externa.
4. La dinamización del comercio intrarregional.
Y sobre este último punto me gustarÃa detenerme brevemente, porque nos
presenta una gran oportunidad.
No perdamos de vista que, mientras los paÃses asiáticos realizan
exportaciones entre sÃ, es decir entre ellos, que representan el 34% de su
volumen global exportable, nuestras naciones aún apenas colocan entre sÃ,
es decir entre los paÃses que conformamos la CELAC, el 10% de sus exportaciones,
cantidad que es tres veces menos que los paÃses asiáticos.
Se podrá argumentar que la lógica de los mercados pesa más que la voluntad
polÃtica de los Estados en este resultado, máxime en una economÃa mundial cada
vez más globalizada.
Sin embargo, no es menos cierto que tenemos la capacidad de modificar esta
ecuación, apostando por la complementación económica de nuestras naciones, que
a su vez nos haga más fuertes en el escenario global.
Dicho de otra forma: no podemos seguir buscando
fuera de nuestra región culpables, ni salvadores.
Es hora de buscar soluciones latinoamericanas y
caribeñas a problemas latinoamericanos y caribeños.
En un mundo donde las ideas del pensamiento único
siempre amenaza con hacerse hegemónico, se hace más urgente que nunca buscar
nuevas respuestas a preguntas que muchos ni siquiera se atreven a formular.
¿Cómo retomar la ruta del crecimiento económico sin sacrificar los
progresos sociales?
¿Cómo continuar reduciendo las desigualdades y la exclusión social, al
tiempo que mejoramos la competitividad de nuestras economÃas?
¿Cómo proteger y multiplicar los progresos alcanzados para millones de
hombres y mujeres que han salido de la pobreza, pero aún viven en la
vulnerabilidad?
En definitiva, ¿cómo seguir llevando bienestar a nuestros pueblos, en un
contexto internacional adverso?
Estos son los desafÃos del presente para nuestros pueblos y gobiernos de
América Latina y El Caribe.
Sin embargo, no les quepa duda, para muchos de los dilemas que debemos
resolver en estos dÃas, la CELAC es la respuesta.
Si hablamos de crecimiento económico, la CELAC es un espacio óptimo para
cooperar, facilitando el comercio y los encadenamientos productivos que creen
millones de empleos en nuestra región.
Si queremos asegurar la soberanÃa alimentaria, en la CELAC podemos
encontrar formas de apoyar a nuestros agricultores, revitalizar nuestros campos
y alimentar las ciudades en crecimiento.
Si queremos proteger a nuestros pueblos de los efectos del cambio climático
y los desastres naturales, aquà podemos, tanto buscar soluciones locales, como
llevar una voz común a los espacios de decisión mundial.
Si queremos luchar contra ese gran enemigo que es la desigualdad, este debe
ser nuestro cuartel general en la batalla para asegurar que cientos de millones
de latinoamericanos y caribeños que ya están mejorando sus vidas, nunca vuelvan
a conocer la pobreza.
Y si queremos mejorar la educación, aquà tenemos un lugar privilegiado para
intercambiar excelentes experiencias acerca de cómo hacer llegar la sociedad
del conocimiento a las grandes mayorÃas.
Es aquÃ, en definitiva; en esta alianza de pueblos, en esta comunidad de
hermanos, donde debemos encontrar las ideas,
los caminos, las acciones y la voluntad polÃtica para hacer realidad el destino
histórico de América Latina y El Caribe.
Asà lo esperan los cientos de millones de jóvenes que conforman nuestro
patrimonio más valioso.
Miles de hombres y mujeres que deben ser protagonistas de una nueva
revolución en América Latina y El Caribe.
Una revolución que comienza en las aulas, en la educación, en la
innovación. Una revolución del conocimiento!
Esa debe ser nuestra prioridad uno:Una revolución que nos permita ir escalando posiciones en evaluaciones
internacionales como PISA; pero sobre todo que le devuelva la esperanza y la
confianza a las nuevas generaciones.
Una revolución que eleve sustancialmente la calidad
de la educación en ciencias, tecnologÃa, ingenierÃa y matemáticas, las áreas de
donde emana el cambio y el progreso.
Necesitamos más jóvenes innovadores como el mexicano
Alejandro Cantú, quien desarrolló la aplicación SkyAlert, un sistema de alerta sÃsmica por satélite, que avisa un minuto antes de que un terremoto
sacuda la Ciudad de México y otras 40 locaciones mexicanas cubiertas por el
sistema.
Como el cubano Yondainer Gutiérrez, quién creó el
interfaz gráfico para la página web de la red de salud cubana, Infomed, el
punto de referencia para médicos y cientÃficos en nuestra vecina isla y un
sitio de consulta para investigadores de varios paÃses.
Como la hondureña Yenny Carias, quien desarrolló un 'software' que traduce la
voz al lenguaje de señas para
facilitar el aprendizaje de estudiantes sordos.
Como el guatemalteco Antonio Navas, quien creó la
primera versión de la plataforma gratuita de aprendizaje de idiomasDuolingo, la cual, a partir de la data sobre
el progreso registrado por los usuarios, se modifica en beneficio de los nuevos
estudiantes.
Como los dominicanos FrancarlosBencosme y Keyron
Figueroa, quienes desarrollaron un catalizador de calentamiento automático para
motores de combustión interna que reduce la contaminación directa hasta un 90%,
al entrar en funcionamiento simultáneamente con el encendido del vehÃculo o de
los motores de combustión de las industrias.
Como la colombiana Daniela Galindo, quien desarrolló
el software “Hablando con Julis”,
una aplicación que a través de imágenes con texto y audio, permite comunicarse
a personas de entre 3 y 85 años que tienen dificultades en el habla o sufren de
sÃndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, déficit cognitivo o sordera.
O el chileno Rodrigo Quevedo,
experto en robótica, quien inventó una silla de ruedas que se mueve con ondas
cerebrales, es decir, con la mente, arrojando una luz de esperanza para miles
de personas con problemas de movilidad.
Esa es la América Latina que debemos potenciar y multiplicar
exponencialmente.
Esta es la fuente de la que emanará la abundancia en nuestro continente.
En cada uno de nuestros paÃses hay miles de Alejandro, deseando mejorar el
mundo con sus ideas.
Hay miles de Yennis que, sà les damos la oportunidad de estudiar,nos
asombrarán a todos con su talento.
Mujeres jóvenes preparadas,
esperando su oportunidad para aprender y desarrollarse en igualdad de
condiciones, como cualquier muchacha nacida en Estados Unidos, Japón, Corea o
Finlandia.
En nuestras ciudades y nuestro campos hay miles de Rodrigo, Daniela y
Antonio, que acarician el sueño de viajar libremente, de aprender y trabajar
desde cualquier lugar, de conectar sus capacidades con las de todos sus
hermanos latinoamericanos y caribeños.
Tenemos miles de mentes brillantes, como la de Francarlo, o la de Yondainer,
que solo necesitan una mano amiga, un empujoncito, para convertirse en
empresarios exitosos, en cientÃficos, en innovadores.
Tenemos cientos de millones de posibilidades, una por cada joven que habita
en nuestros paÃses. DÃganme, ¿puede haber una riqueza mayor que esa?
Nuestros chicos y chicas tienen la capacidad y la voluntad para iniciar
esta revolución de la innovación y el emprendedurismo, pero necesitan nuestro
apoyo y nuestro compromiso.
Necesitan una América Latina conectada, de puertas abiertas, que confÃe en
ellos y que los impulse hacia el éxito.
Una región que apueste por el conocimiento, por la innovación, por la
investigación, por la cultura; porque solo asà podremos garantizar a esos muchachos
y muchachas el espacio que merecen en la sociedad del siglo XXI.
Amigos y amigas,
La CELAC, por ser el más amplio espacio de encuentro existente en América
Latina y El Caribe, tiene la capacidad para impulsar este gran proyecto de
transformación.
Solo precisamos que, además de voluntad y buenas intenciones, sumemos
acciones concretas, planificación y trabajo.
ConfÃo en que este encuentro nos coloque en esa senda.
Esos millones de jóvenes y sus sueños deben ser siempre nuestro horizonte y
sus necesidades, nuestra brújula.
Y serán esos mismos jóvenes los que nos ayudarán a
conocernos cada vez mejor, aprendiendo los unos de los otros, respetando y
valorando nuestras diferencias.
Es lo que José Martà nos animó a hacer cuando dijo:
"los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como los
que van a luchar juntos".
Vamos pues a conocernos, a unirnos y a luchar
juntos, pero no con las armas.
Vamos a luchar con la energÃa de nuestra creatividad,
con el impulso de la cooperación y con la fuerza de la unión.
Vamos a luchar con el talento de nuestra gente, con
la abundancia de nuestra tierra y con el orgullo de nuestros Padres Fundadores!
¡Vamos a luchar por esa Patria Grande en la que
nuestros pueblos puedan crecer, cada vez más sanos, seguros, educados y con más
esperanza!
¡Vamos a trabajar por esa América Latina y El Caribe
que soñaron nuestros ancestros y que merecen nuestros hijos!
¡Vamos a luchar por un futuro en el que nadie se
quede atrás en América Latina y El Caribe!
Muchas gracias.
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