Confeccionaba
los instrumentos del grupo
declarado por Unesco en 2011 como
Patrimonio Oral e Inmaterial de la
Humanidad.
José
Rafael Sosa
Casimiro
Minier, artesano musical de 99 años,falleció ayer sábado, poniendo fin a una
trayectoria artesano de 99 años, de confección de los instrumentos de Los
Gongos de Villa Mella, grupo autóctono declarado por la Unesco en 2011 como Patrimonio
Oral e Intangible de la Humanidad.
Su fallecimiento, dado a conocer por los
percusionistasEdgar Molina y florentino
Álvarez Mejía, quienes explicaron que el deceso se produjo el sábado, produciendo una
inmensa tristeza en Villa Mella, una comarca éticamente negra con características
culturales únicas, objeto de investigadores de científicos sociales nacionales
y extranjeros.
Casimiro
era hermano de Sixto Minier, capitán de la Cofradía hasta el momento de su
muerte en el 2008. Pertenecía a una familia de portadores de esta tradición,
siendoquienes junto a los demás cófrados dedicaron su vida íntegramente a la
preservación de esta gran herencia cultural.
Minier
durante más de 40 años estuvo al servicio de los congos como uno de sus
principales fabricantes de sus instrumentos, atesorando una trayectoria que es
culturalmente invaluable. Afortunadamente enseñó a otros artesanos jóvenes a
producir los instrumentos del contagioso ritmo de los congos.
“Con su
partida queda una tradición de sus ancestros y deja igualmente una su misión
cumplida, la de mantener viva la tradición de los congos de la Cofradía del
Espíritu Santo” dijo Edgar Molina.
Casimiro
Minier nació el 13 de octubre de 1918.
Este
artesano, que contribuyó a mantener viva la tradición de los congos, fue ente activo en
la Cofradía fabricando instrumentos musicales como Maracas, Canoita y el Conguito.
Adicionalmente
se ocupó, para perpetuar la tradición, de enseñar su talento a los niños de su comunidad.
Minier
vivía de vender sus instrumentos a los
músicos de la comunidad y del resto del país, ya que su prestigio como creador
de instrumentos, era nacional por lo que recibía encargos de diversos lugares.
Destaca la
musicóloga Rossy Díaz Ferreras queque Villa Mella ha sido centro de atención
sólo cuando un anciano de gran valor cultural muere, más no así cuando estos
artistas y artesanos necesitan ayuda.
“Perdemos
a un patrimonio, quien mantuvo hasta sus últimos días su afán por mantener la
tradición de los Congos. Hay que honrar su legado ahora que Unesco vuelve a privilegiarnos con
una declaratoria de patrimonio de la humanidad y hagamos memoria” afirma la
investigadora.
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