La historia de la Restauración contada por la moneda dominicana




La exposición en el Museo FilatĆ©lico del Banco Central cuenta  la historia de la Restauración  con  piezas tan emblemĆ”ticas como los «clavaos» de 1897, las «motas» de 1888, y las tristemente cĆ©lebres «papeletas de LilĆ­s»,  cuya circulación generó una ira popular tal que  aceleraron la caĆ­da del dictador

JosƩ Rafael Sosa
La historia dela Restauración de la RepĆŗblica desfila en una exposición del Museo FilatĆ©lico del Banco Central, mediante monedas y billetes de Ć©poca que incluye los «cuartos» o «cuartillos» de 1844 y 1848, los billetes y centavos emitidos por la CompaƱƭa de CrĆ©dito de Puerto Plata en 1887, los «clavaos» de 1897, las «motas» de 1888, y las tristemente cĆ©lebres «papeletas de LilĆ­s», emitidas por el Banco Nacional de Santo Domingo en 1898, y  cuya circulación aceleróla caĆ­da del dictador, porque su poder de compra era una caricatura sin el poder de compra de su valor nominal.

La exposición  “Historia popular de la moneda dominicana” ha sido montada para conmemorar los 153 aƱos de la proclamación de la Restauración de la RepĆŗblica, con piezas de alto valor histórico, poco conocidas por el ciudadano comĆŗn. Recorrerla es como ver pasar la historia ante nosotros. Se puede visitar entre 9:00 de la maƱana a cuatro de la tarde, en la Sala de Exposición Temporal del Museo NumismĆ”tico y FilatĆ©lico, del Banco Central,  en la tercera planta del edificio original (frente a la torre moderna  del BC), cerca del Palacio dela PolicĆ­a
Fue inaugurada por el gobernador, HĆ©ctor Valdez Albizu, el pasado 9 de agosto y en la que se expone la numismĆ”tica iniciando el perĆ­odo que siguió a la declaración de Independencia en 1844, con  las primeras monedas dominicanas aparecen en la denominación de un cuarto de real, acuƱadas por la ScovilleManufacturing Company de los Estados Unidos en el mismo aƱo (1844), llamadas popularmente “cuartillos“.
Se puede ver  como en 1848 se autorizó a poner en circulación monedas norteamericanas de 5, 10 y 25 centavos con la equivalencia de medios reales, un real y una peseta fuerte, las cuales circulaban junto a billetes de 1, 2 y 20 pesos. De 1877 al 1888 surgen las “motas y nĆ­queles”, monedas de 5, 2½ y ¼ centavos, consideradas como algunas de nuestras monedas mĆ”s interesantes.
Una de las curiosidades mĆ”s impactantes son los  famosos “clavaos”, de finales del siglo XIX, rechazados por la población debido a que su valor facial era menor a su valor intrĆ­nseco y que  se cree dieron origen a la famosa expresión “tengo un clavo”,  para indicar que se tiene una reserva para emergencias cotidianas. Mucha gente no sabe como es el “clavao” original.
La muestra gira especialmente en torno a la moneda y los billetes en la Ʃpoca restauradora, pero el Museo muestra toda la historia de la numismƔtica dominicana.
En las salas del Museo se  muestra, el real de ¼, en 1844 en bronce y entre 1844 y 1848 en latón fue la Ćŗnica moneda fue puesta en circulación en la RepĆŗblica Dominicana antes de la decimalización.
Este fue La decimalización en 1877 provocó la puesta en circulación de tres nuevas monedas, de 1, 2 ½ y 5 centavos. TambiĆ©n se puso en circulación monedas de 1 centavo y ¼ entre 1882 y 1888. DespuĆ©s de que el franco dejó de circular, fueron introducidas monedas de plata en 1897 en denominaciones de 10 y 20 centavos, ½ y 1 peso. Los diseƱos de estas monedas fueron muy similares a los francos.
Los historiadores y Wikipedia nos  cuentan, como precedente, que el peso dominicano se introdujo primero en 1845. Sustituyó al gourde haitiano, que a su vez habĆ­a reemplazado al real de Santo Domingo, a la par y se dividió en 8 reales. La RepĆŗblica Dominicana decimalizó en 1877, dividiendo el peso en 100 centavos.
Una segunda moneda, el franco dominicano, se puso en circulación entre 1891 y 1897, pero no sustituyó el peso. Sin embargo, en 1905, el peso fue reemplazado por el dólar de EE. UU., a razón de 5 pesos por cada dólar. El peso oro fue introducido en 1937 a la par con el dólar de EE.UU., aunque el dólar continuó utilizĆ”ndose junto con el peso oro hasta 1947.
El papel moneda componĆ­a el grueso de la circulación monetaria del peso. Papeletas provisionales de 40 y 80 pesos se emitieron en 1848, seguido de billetes regulares de 1, 2 y 5 pesos en 1849, despuĆ©s de 10 y 50 pesos en 1858.
La Comisión de Hacienda emitió billetes de 50 y 200 pesos en 1865, mientras que la Junta de CrĆ©dito introdujo billetes de 10 y 20 centavos en ese aƱo, seguido por 5 y 40 centavos en 1866 y 1, 2, 5 y 10 pesos en 1867. En 1862, se emitieron billetes espaƱoles por ½, 2, 5, 15 y 25 pesos en el nombre de la Intendencia de Santo Domingo.
El Banco Nacional de Santo Domingo emitió billetes entre 1869 y 1889 en denominaciones de 25 y 50 centavos, 1, 2, 5, 10, 20, 25 y 100 pesos.
El Banco de la CompaƱƭa de CrĆ©dito de Puerto Plata emitió billetes en la dĆ©cada de 1880 hasta 1899 en denominaciones de 25 y 50 centavos, 1, 2, 5, 10 y 50 pesos.
El Banco Nacional de Santo Domingo tambiĆ©n emitió billetes en 1912 denominados en dólares.
Cuando el peso oro fue introducido en 1937, no se hicieron mĆ”s billetes y los billetes estadounidenses continuaron circulando. Entonces sólo en 1947 se emitieron los primeros billetes por el Banco Central en denominaciones de 1, 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1000 pesos oros.
El contacto con el museo muestra cómo, antes de la creación del Banco Central y durante la primera intervención norteamericana, la circulación monetaria era  billetes y monedas de oro norteamericanos y de otros paĆ­ses,  restos de algunas monedas fiduciarias del siglo pasado, de fichas de ingenios y billetes de emisiones municipales, situación que se mantuvo hasta principio de la gestión de Rafael L. Trujillo Molina.
El 21 de febrero de 1937 fue promulgada la Ley No. 1259, considerada como la creadora de la moneda nacional, y en la que se contemplan una serie de normas tendentes a regir la acuƱación de monedas de todas las denominaciones, tomando en consideración que las mismas debĆ­an ser acuƱadas en igualdad de condiciones a la moneda americana en lo referente a la fineza, peso, forma, dimensiones y escala de unidades. Este modelo estuvo vigente hasta el aƱo 1975, aƱo en que se introdujeron cambios en el formato y la presentación de estas.
Desde entonces la emisión de papel moneda y monedas, se ha actualizado en diseño, materiales y sistemas de seguridad.
Valdez Albizu, cuando la inauguro el 9 de agosto pasado,  expresó que la exposición constituye un homenaje a la gesta restauradora, a travĆ©s de una muestra numismĆ”tica de aquella Ć©poca, con la exhibición de diversas piezas.
“La Guerra de la Restauración fue la gesta heroica de mayor alcance colectivo en todo el siglo XIX, ya que involucró no sólo a la Ć©lite económica y social del paĆ­s, sino tambiĆ©n a los intelectuales progresistas y a miles de hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas, peleando sin recursos económicos ni pertrechos contra el organizado y bien abastecido ejĆ©rcito espaƱol”, dijo Valdez Albizu. 
El gobernador dl BC resaltó que la muestra numismĆ”tica “da una idea de los modestos lĆ­mites en que se desenvolvĆ­a la actividad comercial hasta hace solo unas cuantas dĆ©cadas, cuando todavĆ­a estĆ”bamos muy lejos de alcanzar el desarrollo tecnológico presente y los extraordinarios avances en los medios de pagos de nuestro paĆ­s”.

Durante la actividad, el gobernador estuvo acompañado por la vicegobernadora, Clarissa de la Rocha de Torres, el gerente, Ervin Novas Bello, el contralor, José Manuel Taveras Lay, el subgerente general, Frank Montaño, los miembros de la honorable Junta Monetaria, César NicolÔs Penson, Ramón Núñez Ramírez y George Manuel Hazoury, el director del Departamento Cultural, José AlcÔntara Almanzar y la subdirectora a cargo del Museo, Cynthia Patricia Goico.

Valdez Albizu expresó que la exposición constituye un homenaje a la gesta restauradora, a través de una muestra numismÔtica de aquella época.

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