Por:
Cristian Ceballos
Un partido político, son sus gentes, sus ideales, su
historia, su tradición.
José Francisco Peña Gómez, líder internacional que rompió las
barreras de marginalidad, color y pobreza extrema, para a fuerza de pulmón en base a su talento, convertirse en el
dominicano más conocido en términos mundiales a nivel político, con atributos de liderazgo incuestionable, lo cual
lo colocó por encima de sus adversarios
y mas enconados opositores; definitivamente, un hombre de otra galaxia.
Votar por PRD, es votar contra Peña Gómez. Esta tesis, es una verdad que no admite
ninguna discusión, digo esto; porque que nunca hubiésemos visto a ese líder que
todos honramos y reconocemos, aún
después de su partida física, pactando un acuerdo con el sector que más lo detractó,
difamó y combatió, ligado a un estamento de la burguesía rancia del país, los
cuales, nunca toleraron ni asimilaron su ascenso social y político, conservadores a
ultranza, lleno de resentimientos sociales contra un paradigma del humanismo y bien común,
como
fue Peña.
Hoy no hay Jacho prendió, el jacho se ha apagado, apagado por las tratativas, negocios, transacciones comerciales, de un hombre que, acompañado
de un minúsculo sector; inclusive
familiar, conciben un partido político como un mercado
de compra y venta.
El préstamo de los 15 millones de dólares, otorgado a Miguel
Vargas Maldonado, víspera de las elecciones del 2012, violando todos los requerimientos técnicos de
una institución como el Banreservas, que ejecutó esa operación, la realización
de un proceso convencional, al margen de
los estatutos que normaban esa vieja
casa política llamada PRD, la aprobación de la reelección presidencial en el
congreso nacional, por parte de los
legisladores de ese partido, con el mandato expreso de su presidente, el pacto de las corbatas azules, y finalmente
la entrega vulgar de la casilla No. 01, del PRD para postular a Danilo Medina a
una repostulación, son cosas que lloran
ante la presencia de Dios.
Hemos visto con estupor acontecimientos que para nada inmutan
a sus autores y cómplices; reducir a un PRD que lleno de gloria con letras de
oro capítulos importantes en las páginas
de nuestra historia, en la lucha por la
democracia dominicana, sellada con sangre derramada por
miles de nuestros compañeros, es
algo que no se puede tolerar, nos llena de impotencia.
Cuanta indignación sentimos los verdaderos seguidores de Peña
Gómez, al observar a través de vallas, anuncias de radio y tv, y por múltiples
vías, una agresiva campaña publicitaria
a favor de Danilo Medina, en toda la
geografía nacional, en la boleta No. 01
del PRD. Iniciativa que no se produjo en la campaña del año 2012 a favor de
nuestro candidato presidencial Hipólito Mejía, no podía ser, pues desde hace un tiempo, que solo conoce Miguel Vargas
Maldonado y su reducido grupo de traidores,
se habían entregado al gobierno y al PLD.
Por esas, y otras muchas razones, los perredistas no votaran
blanco, pues en esta ocasión: Votar PRD;
es votar contra Peña Gómez.
El autor es abogado y
periodista
Cristianceballos20@yahoo.es
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