Tristeza sintiĆ³ que este hombre
no pudiera cambiar su chequecito. “HĆ”game el favor seƱorita, le dijo, ayĆŗdeme,
firme por mi”. Ella no quiso. OcurriĆ³ en YamasĆ”. En la fila del banco.
MarĆa Altagracia evitĆ³ cometer
un delito, pero quedĆ³ presa de culpabilidad. ActuĆ³ correctamente, culpable de
impiedad.
Desde ese mismo momento, MarĆa
Altagracia de la Cruz decidiĆ³ convertirse en alfabetizadora de Quisqueya
aprende Contigo. (http://bit.ly/1e5as4K)
SaliĆ³ a buscarlos. A ellos,
ellas, los mĆ”s difĆciles, como aquel. Pero tambiĆ©n muy agradecidos, como se
verĆ” en la historia que hoy vamos a contar.
Linda historia de una joven que
se hizo alfabetizadora voluntaria por puro amor a los demƔs.
Voluntarios de la epopeya que
liberarĆ” a nuestro pueblo del analfabetismo, muchas veces condenados a la
gloria de ser nombrados “hĆ©roes anĆ³nimos” de un hermoso proceso.
Decimos su nombre y contamos su
historia para que a nuestros hƩroes cotidianos, que son tantos y tantos,
hombres y mujeres del pueblo, se les conozca por nombre y apellido, MarĆa
Altagracia de la Cruz, alfabetizadora de YamasĆ”, Monte Plata.
Bajo un Ɣrbol de su pueblo los
fue alfabetizando uno por uno.
Como si purgar pecado fuese su
contriciĆ³n, fuese castigo y no redenciĆ³n.
Una de las alfabetizadas, MarĆa
del Carmen Ortega, rememora su antigua condiciĆ³n: Yo era huĆ©rfana de letras.
La RevoluciĆ³n Educativa
construye Patria y libera a nuestro pueblo del analfabetismo.
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