Empresas sin certificación de calidad


Por FAUSTO ARAUJO

A la hora de hablar de normas en la gestión de calidad en una organización hay que destacar la familia de las normas ISO (ISO 9000, 9001, 9001:2008, 10000, 14000, 19011, 20000,22000 y 27000, entre otras). El tema viene a colación porque dentro de poco –dentro del exigente mundo de la globalización- toda empresa competitiva que desee sobrevivir y permanecer en el mercado deberá tener su certificación de calidad.
Las ISO y el caso dominicano. Urge la certificación de calidad a los fines de poder competir y sobrevivir.
Aunque se tienen diferentes antecedentes sobre normas de estandarización que se fueron desarrollando, especialmente en Gran Bretaña, la ISO (con base en Ginebra, Suiza) creó y publicó en 1987 sus primeros estándares de calidad de la serie ISO 9000, los cuales han jugado y desempeñan un importante papel al promover un único estándar de calidad a nivel mundial.
La familia ISO –que ha cobrado una extraordinaria relevancia internacional en los últimos 12 años- actualmente es utilizada en más de 120 naciones. Dichas normas requieren de sistemas documentados que permitan controlar los procesos que se utilizan para desarrollar y fabricar los productos, asegurándose de que tanto estos como los servicios se elaboren y brinden en forma consistente y a tiempo.
A los fines de garantizar que se adecuen a las tendencias y dinámica del contexto mundial, las normas se revisan cada 5 años, mientras que la Certificación de Calidad –acción llevada a cabo por una entidad reconocida como independiente de las partes interesadas, mediante la que se manifiesta que se dispone de la confianza adecuada de que un producto, proceso o servicio debidamente identificado es conforme con una norma- se otorga por un periodo de 3 años.
En la República Dominicana es muy escasa la cantidad de empresas certificadas con las normas ISO y no existen los suficientes laboratorios de ensayo acreditados que puedan certificar los productos nacionales, por lo que, en muchos casos, los productos suelen ser probados en laboratorios privados que en encuentran fuera del país, lo cual resulta ser muy costoso y le resta competitividad a las empresas.
En ese contexto, muchos de los beneficios potenciales de los acuerdos de libre comercio (DR-CAFTA, EPAs) aún no se han cosechado.
En efecto, estudios separados realizados por el Banco Mundial han recomendado que, a fin de crear un mejor clima de negocios, en el país y la Región se deben acelerar sin demora el desarrollo de un sistema nacional de calidad, con los laboratorios, la metrología, y la extensión a sectores específicos que tengan potencial para la exportación y la competitividad.
La entrada en plena vigencia del Proyecto de Ley que crea el Sistema Dominicano de Calidad (SIDOCAL) –ya aprobado por el Congreso y promulgado por el Poder Ejecutivo- constituirá una verdadera revolución institucional en materia de seguridad de la calidad de los bienes y servicios del país, debido a que la misma prevé la creación de los órganos necesarios para cumplir con eficiencia y garantía con ésta exigente tarea.
La iniciativa –impulsada por el Poder Ejecutivo y parte del liderazgo empresarial nacional- conducirá a la República Dominicana a ser un país con un sistema de calidad de clase mundial.Manos a la obra.

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