
Quiero decirle a Jorge Prats que no tengo que esperar más de diez años para dejar como el Papa, espacio a la juventud, a cuya formación he contribuido toda la vida, en un partido en el que he desempeñado casi todas las posiciones de relevancia: Presidencia, Vicepresidencia, Educación, Doctrina, Electoral, Consejo de Disciplina y Presidente de varias convenciones y del Congreso del Partido. Todas gratuitamente y en el caso de este último, cubriendo parte importante de su costo, por el compromiso moral que adquirió una generación con la patria y la democracia, que otros no han hecho más que vender o descuidar.
A ninguna de esas posiciones me he aferrado y he cedido con gusto a jóvenes y no tan jóvenes, dándome por satisfecho con el honor de haberlas merecido. Cuando fuí diputado, fui elegido, no señalado, por la Comisión Política del PRD entre colegas meritorios que compitieron.
Pertenezco a una corriente partidaria: el Foro Renovador, en la que hemos alternado la dirección cada 6 meses, por cuya coordinación pasan compañeros de todas las edades con solo los límites de su potencialidad como dirigentes y el apego a los principios y lealtad al partido. Sigo militando solo en el PRD, no en otros al mismo tiempo como Jorge Prats, y no desempeño en este momento funciones directivas. En cambio, hay mucha juventud desempeñando posiciones importantes.
Lo que no queremos es que al PRD, que le ha costado tanto esfuerzo y sangre al pueblo dominicano, y es fruto en gran parte de la generación del 1959, a la que pertenezco, caiga en manos de arribistas, oportunistas, mercenarios, tránsfugas y mercantilistas.
Mientras los “gerontócratas” hacen su trabajo gratuitamente por el partido, gran parte del grupo al que sirve Jorge Prats, incluyendolo a él, practican el transfuguismo en forma tan acelerada, que muchos no nos percatamos cuando pasó de ser un entusiasta hipolitista gerente del Banco Central, sin ser economista; a candidato a Senador del PRSD; de ahí a apologista y bien remunerado abogado defensor a ultranza de la Constitución sin Constituyente de Leonel Fernández y el PLD; la misma que permite privatizar las playas, y que la soberanía se traspase a un organismo “multinacional”, que los jueces sean designados por 7 años por una sola administración y obliga a que las mujeres y niñas violadas tengan que parir a los hijos de sus victimarios; y luego se convierte de la noche a la mañana en paladín de un grupito que pretende asumir el control absoluto del PRD sin otra razón que el error histórico de muchos, casi todos arrepentidos de haberle dado la presidencia del partido a un individuo capaz de conspirar contra su triunfo electoral; de asumir el control militar del Partido, nulificando las demás posiciones y los organismos superiores, que quieren ayudar a implantar el despotismo del PLD añadiendo otros puestos “de dedo”, como él “flamante” Director de Institucionalidad y Justicia del PRD” sin que ningún organismo colegiado lo haya creado siquiera. Con razón caben algunos de ellos en las “altas cortes” diseñadas para eternizarse en el poder.
Tránsfugas, mercenarios y negociantes de la política no hacen un partido. Es una pena que un profesional inteligente como Jorge Prats se haya convertido en un “condottiere” de la política criolla, porque además es profesor universitario, capaz de transmitir el peor de los ejemplos a las nuevas generaciones de políticos y abogados.
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