La poesÃa fue la gran protagonista de la noche en la Sala de la Cultura. Densa y dulce, erótica y subvertida de si misma, la jornada agotada para presentarDanza del Amor y los mandalas, de Tony Raful (Editorial Búho 2010), fue una demostración de que lo vano y lo superficial, aveces pierde terreno, cuando la propuesta del quehacer apunta a la diana luminosa de la poética que mira al infinito horizonte.
El acto de presentaciónde Danza del Amor y los Mandalas no se pareció a ningún otro.No hubo mesa principal, invariablemente ocupadas por el autor y cinco o seis compinches.Una silla, una mesita sobre la cual un micrófono.
Un piano bien tocado al fondo y a la izquierda. Una balerina que acompañó a Raful en la lectura del poema fundamental del libro.
Poemas leÃdos por un Federico Jóvine Bermúdez (otro bate dotado de alas en su inspiración desde la noble suicida norteamericana Vivian Revere hasta el presente), que se lució con una lectura lÃmpida y que, de paso, ratificada a Raful una solidaridad poética adquirida por años de quehacer común.
MagnÃfica su lectura e impresionante su aspecto venerable y firme.Pero, además de la fuerza de la creación se adueña de si misma, se burla de las leyes del mercado del libro, en los cuales los primeros lugares lo ocupan otros géneros.
Importa poco la estadÃstica de venta cuando la poesÃa sigue encrespada en si misma como luz que guÃa, tal cual lo apuntó en su conceptuadÃsima y extensa presentación, a cargo de Mateo Morrison, disfrutada idea a idea, párrafo a párrafo, lÃnea a lÃneas, leÃda sin importar el marcado del tiempo en los relojes, tanto digitales como análogos.
Morrison levantó con fuerza el interés por la poética de Raful ha producir una radiografÃa del papel de la poesÃa por medio de sus figuras fundamentales. Magnifica su interpretación de lo que es un poema extenso y las relatividades que le enmarcan. Citas precisas y referencias ilustrativamente didácticas,
El AutorPoeta fundamental proveniente de la “post-guerra”, la voz de Tony Raful implica una obra labrada con sensitividad, agudeza y una lÃrica fundamentada en la inspiración y la recreación de la realidad emocional y social.
Con un acento poético que ha creado un espacio respetable, Raful, poeta, ensayista histórico, abogado y comunicador, evidenció anoche una capacidad de convocatoria extraordinaria al llenar la Sala de la Cultura del Teatro Nacional, con centenares de artistas (pintores, actores, productores artÃsticos), escritores de los géneros poesÃa, ensayo, novela – incluyendo a los Premios Nacionales de Literatura Marcio Veloz Maggiolo y Mateo Morrison, éste ultimo presentador del poemario.
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