Por Emmanuel Solano
Desde el pasado 8 de marzo en que una mujer se desnudó frente al Palacio Nacional en demanda de que el ministerio de Obras Públicas le pague sus prestaciones laborales,luego de cuatro de meses de desvinculada de su lugar de trabajo, y que posteriormente el ministro Deligne Asención, comunicó que le serán entregado el dinero que le corresponde como derechos adquiridos de acuerdo a la Ley de Función Pública y la de la carrera administrativa,se ha querido politizar el caso y no debe ser asÃ.
Este caso se hizo viral porque la señora se desnudó para hacer valer sus derechos pero lo que la mayorÃa de las personas de la denominada alta sociedad, de los funcionarios pasados y presentes, comunicadores y profesionales de las difeajrentes áreas del saber desconocen o se hacen los chivo locos ,al enjuiciar el comportamiento de esta dama y no se bajan a su realidad social ,que muchas veces tienen que tomar los alimentos fiao en el colmado,pagar casas de alquiler,alimentarse y vertirse diario y cuando van a un hospital público lonos médicos no le asisten o le ponen citas hasta de tres meses para que se vaya a morir a su casa y si tiene pacientes de enfermedades terminales no tienen forman de llevarlo a recibir las terapias o a practicarse los estudios.
También la mayorÃa de los médicos del segundo nivel o con especialidades no reciben el seguro médico sino que hay que pagarle en efectivo desde 2 mil pesos en adelante hasta para ver unos estudios que anteriormente hayan ordenado, asà como también la covertura del seguro es mÃnima y se agota muy rápido por lo que las medicinas tienen que comprarla en efectivo.
Ese desnudo dice mucho de nuestra seguridad social a pesar de los esfuerzos del gobierno y según se presenta el panorama producto de la crisis sanitaria serán muchas las personas que perderán y están perdiendo la salud mental y no encuentran el servicio ambulatorio que la Ley General de Salud supuestamente garantiza a los ciudadanos y ciudadanas.
En el desnundo no se ven los genitales de esa mujer sino el cuerpo entero de miles de mujeres sin nombres,sin apellidos,ni rango social, que no la invitan ni siquiera a celebrar su dÃa, y que tienen que fenecer a diario por la falta de medicamentos, empleos y facilidades de para emprender un pequeño negocio.
También se observa que cientos de mujeres de los barrios y comunidades rurales mueren a diario por la falta de medicamentos para combatir enfermedades catastóficas como el cáncer y que también su vida tiene precio porque muchas no solo de las esferas más baja de la sociedad sino profesionales han fallecido porque no han encontrado Dos Millones de Pesos para hacerse una intervención quirúrgica de corazón abierto o de otros órganos.
Ese desnudo tambien pone al descubierto la deficiencia de los servicios de salud, la falta de equidad y de solidaridad en esta sociedad que demanda más justicia social.
También que las alcaldÃas y las demás instituciones cumplan con la cuota de género y salud y los acuerdos y tratados internacionales que han sido convertidos en ley para que tengamos una sociedad más democrática.
Esperamos que la sociedad entera se vea en esa mujer que puso en evidencia las precariedades que se viven en los barrios y comunidades rurales y que se respeten los derechos fundamentales de las mujeres como lo ha venido haciendo el presidente LuÃs Abinader y quien en cada momento llama a sus funcionarios a no creerse poderosos porque el poder lo otorga el pueblo.
Algunas personas han querido cambiarle el sentido a la protesta de esta dama y hasta quererla utilizar como argumento polÃtico, pero se equivocan porque el gobierno está corrigiendo lo que por casi veinte años dejaron los pasados gobiernos y no se le puede exigir a la presente gestión que haga o resuelva los males heredados de otras administraciones.

El autor es abogado , periodista y presidente del PRSD en San Cristóbal
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