Son muchas historias en una. Para poder vivir, MarÃa llevaba san. Alexander tenÃa tres meses y pico sin trabajar. MartÃn no tenÃa donde vivir. En común: el trabajo; tener un empleo, les cambió la vida. Elsy, por ejemplo, ha podido ahorrar.

Trabajar le ha permitido a Alexander vivir solo, comprar “cama, estufa, abanico, todo, casi todo”. Casi todo, precisa, que no es mucho o casi nada, mejor dirÃa.
De no tener donde vivir, poco después de empezar a trabajar, MartÃn mantiene a su familia de cinco miembros. Sin problemas.

En el caso de MarÃa, que es madre soltera, de lo que gana paga la renta de su apartamento y el politécnico a sus dos hijas, pero además, saca tiempo para estudiar. Es estudiante de término de medicina en la UASD.
Para Julio Zorrilla, propietario de una de las dos panaderÃas visitadas, su mayor éxito (o satisfacción) ha sido tener trabajando a jóvenes y mujeres del sector.

Casi 250 mil dominicanos y dominicanas han cambiado sus vidas gracias al empleo que han conseguido durante el gobierno de Danilo Medina.
Viven mejor.
Tienen motivos para recibir con alegrÃa estas Navidades.
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