Por
Alfredo Cruz Polanco
El pasado día 28
de agosto se llevó a cabo en la Cancillería de la República el Foro de
celebración del 70 Aniversario de la firma de la Carta Democrática Interamericana de Bogotá,de
la Organización de Estados Americanos (OEA), con la presencia del Secretario de
esta organización, señor Luis Almagro. Dicha Carta
fue firmada el 30 de abril de 1948, por 21 estados, en Bogotá, Colombia.
La
OEA fue fundada con el objetivo de lograr en sus Estados miembros un orden de
paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y
defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia. Actualmente
es la única organización en la que están presentes los 35 países del continente
americano.
En dicha actividad, además del señor Almagro,
participaron como oradores el Ministro de Relaciones Exteriores, señor Miguel
Vargas Maldonado, el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Flavio Darío
Espinal y el embajador en el Canadá, Pedro Bergés. Todos disertaron en torno al
papel jugado por la O.E.A. durante ese periodo. En dicho evento participaron como
invitados los miembros del Pleno de la Junta Central Electoral y del Tribunal
Constitucional, así como algunos miembros del Servicio Diplomáticoacreditado en
el país.
El señor Almagro,que en años anteriores laemprendió
contra la República Dominicana, condenando y satanizando mediante una campaña negativa,la
política de carnetización y regulación, que con tantos sacrificiosesta viene realizando,
acusándola, además, de repatriar a ciudadanos extranjerosindocumentados (haitianos),esta
vezse fue en elogios hacia dicha política de regulación, poniéndola como un
ejemplo a emular por los demás países que conforman dicho organismo.
Al pasar balance de los logros obtenidos durante su
gestión y durante los 70 años de existencia de dicho organismo, el señor
Almagro trajo a colación como uno de sus grandes aportes,la declaración de
desagravio y perdón que la OEAaprobó por haber tomado la nefasta decisión de
avalar y legitimar la intervención militar norteamericana a la Republica
Dominicana para sofocar el estallido de la Revolución de Abril de 1965, la cual
tenía como objetivo inmediato la vuelta a la constitucionalidad o el retorno al
poder del Presidente Juan Bosch, cuyo gobierno había sido derrocadoel 25 de
septiembre de 1963, mediante un Golpe de Estado Militar, a pesar de haber sido
elegido legítimamente con casi el 60 % de los votos emitidos en las primeras
elecciones libres y democráticas celebradas en el país, el 20 de diciembre de
1962, después de la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina,
quien gobernó a este país por casi 31 años a base de sangre, fuego y terror
absoluto.
Cabe preguntarle al señor Almagro, si con esa simple
declaratoria de desagravio, que incluso no surgió de la propia OEA, pues tuvo
el propio Presidente de la República, Danilo Medina que solicitarla, es
suficiente para subsanar y cicatrizar la herida, el daño, el dolor,el luto, por
la muerte de más de seis mil dominicanos yla violación a nuestra soberanía, con
la intervención militar de más de 42,000 marines, la cual abortó el proceso
democrático que venía dándose, lo que generó un retroceso de más de 50 años en
lo económico, en lo político, en lo social y en lo institucional, que hoy estamos
pagando muy caro. Sin rencor pero sin olvido.
El autor es Contador Público
Autorizado, Máster en Relaciones Internaciones y ex Diputado al Congreso
Nacional
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