.Municipalismo y ciudadanía.


Sólo cuando se conjuga la gestión municipal con ciudadanía responsable, resultan acciones beneficiosas para el colectivo. El empoderamiento es el insumo básico de la cohesión social; una sociedad activa es la mejor aliada de la autoridad rectora de la ciudad. 
La organización barrial de la postguerra, como muchas otras instancias sociales, ha mermado o desaparecido. Cáusales muy diversas han incidido para debilitar la participación organizada de las comunidades. En los clubes y los comités de amas de casa, descansaba la mejor representación hasta poco después del 1978.
Los jóvenes protagonistas de esa época romántica, idealistas, de sueños y utopías, de militancia hoy, en una relativa presencia, son adultos que marcan la diferencia, sirven de paradigma en la lucha para construir un mayor espacio de participación social y de comportamiento decente
En el municipio de San Cristóbal se expresa una realidad única en el país, el alcalde va cinco pasos delante, pues su ejecutoria es más avanzada que la exigencia de la ciudadanía. Buscar solución al problema mercado, asfaltar las calles, mejorar el alumbrado público, construcción y remozamiento de parques, aceras y contenes; eficiente recogida de los desechos, respaldo activo a las actividades culturales y deportivas…parecen zancadas frente al caminar lento y poco coherente de organizaciones y ciudadanos.
La ciudadanía debe animarse, empoderarse, sentirse dueña de la ciudad; tener amor y pertenencia de los espacios públicos. Saber aprovechar la participación consagrada en la ley 176-07. Las puertas de la alcaldía y los regidores se ven abiertas para que el ciudadano pueda entrar sin obstáculos.
La cohesión social contribuye a una mejor gestión de gobierno municipal. 
Un ciudadano activo, consciente, exigente, amoroso de su pueblo, resulta el mejor aliado de la autoridad municipal.

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