El
título de esta publicación corresponde a la conferencia que el día 27 delpasado
mes de junio impartimos a la Dirección de los Comedores Económicos del Estado,
al arribar esta institución al74 aniversario de su fundación.
Dicha
actividad se llevó a cabo en el “Salón Independencia” del Ministerio de Defensa
y a la misma asistieron el director General de licenciado Ramón Rodríguez, el
Ministro de Defensa Teniente General Máximo Muñoz Delgado y una nutrida representación
de las instituciones que conforman dicho ministerio,invitados especiales, todo
el personal de dicha institución y miembros de la prensa.
Durante
nuestra disertación,enfocamos cuál debe ser el comportamiento ético del
servidor público, expresando que al Estado se va a servir no a servirse de él.
Se nos escoge o designa para que administremos temporalmente los recursos de
una institución,con eficiencia, transparencia, de los cualesdebemos rendir
cuentas de lo que recibimos, dónde, cómo y en qué lo invertimos.
Debemos
cuidar, preservar y defender los recursos públicos, porque son de todos los
dominicanos. Cada vez que se le distraen recursos al presupuesto
nacionaldejamos de recibir,sobre todo, los más necesitados, menos: salud,
educación, energía, agua potable, carreteras y calles;seguridad social y ciudadana,
viviendas, ayudas sociales, entre otras,.
Muchas
veces cuando estamos en la oposición o aspiramos a un cargo público, criticamos
al que lo ocupa y utilizamos en nuestros discursos los conceptos de
transparencia, honestidad, fortalecimiento institucional, rendición de cuentas,
pero cuando nos toca ejercerlo, hacemos todo lo contrario, pues no predicamos
con el ejemplo.
Todos
los funcionarios públicos debemos tener presente siempre el ejemplo del Padre
de la Patria Juan Pablo Duarte, que fue el primer dominicano en rendir cuentas,
cuando en 1844, siendo Jefe del Ejército Dominicano tomó mil pesos como avance
para una misión, gastó una parte, preparó una relación delos gastos y devolvió
la no utilizada, mediante un informe detallado, escrito de su puño y letra.
Esto lo hizo sin que existiera una ley ni nadie que se lo exigiera.
En
estos momentos, nuestro país cuenta con muchas leyes sobre transparencia, rendición
de cuentas y fortalecimiento institucional, que castigan el enriquecimiento
ilícito, la corrupción, tanto pública como privada; el lavado de activos, las
compras y contrataciones irregulares,pero lamentablemente, estas no se aplican
ni se establece un régimen de consecuencias.
Esto
ha generado, sobre todo, luego que se dejó de impartir la asignatura de Moral y
Cívica en nuestras escuelas y colegios, un incremento enlos antivalores,
crímenes, actos de corrupción, tanto pública como privada; narcotráfico,
delincuencia, irrespeto a las leyes y a nuestras autoridades superiores; al
medio ambiente y a los recursos naturales; a los valores y símbolos patrios,
entre otros.
Se
requiere también, fortalecer la educación en el hogar, que es la que nos forma
desde nuestra niñez, con buenos y sanos valores;conlos
buenos ejemplos de nuesros padres, que por cierto, también hace tiempo está
dejando mucho que desear.
El
país está requiriendo de un gran comportamiento ético en todos los órdenes y en
todos los niveles, pues necesitamos funcionarios, jueces, legisladores,
alcaldes, empresarios íntegros y probos;ciudadanos que actúen pensando en su
país, porque al final, todos seremos responsables del grado de deterioro de
nuestra sociedad.
Debemos
convertirnos en verdaderos guardianes de los recursos públicos eimitar el
ejemplo del señor Presidente de la República, Licenciado Danilo Medina Sánchez,
quien insiste en que actuemos aferrados a los principios éticos y morales, a la
transparencia y a la honestidad. Si así lo hacemos, Dios, la Patria, nuestros
fundadores, hijos y nietos, nos lo agradecerán.
El autor es Contador Público Autorizado y Miembro
del Pleno de la Cámara de Cuentas de la República
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