Por Amaury Justo Duarte
amauryjustoduarte@hotmail.com
El gobierno de Danilo Medina necesita
dinero fresco. Sus cuentas no le dan. Los ingresos son magros y los gastos
incalculables.Su contabilidad no cuadra.
Eso explica
la campaña mediática actual para que se
apruebe un Pacto Fiscal que es una forma disimulada de nuevas cargas
tributarias que serán nuevamente soportadas por las costillas de los
trabajadores, particularmente la clase media. Es más, se ha llegado al
despropósito de afirmar que dicho Pacto
es un “clamor generalizado de la
población”.
Si el
gobierno logra imponer una nueva reforma fiscal, esta serÃa la sexta , con los mismos argumentos: aumentar los
ingresos para equilibrar el presupuesto y reducir el déficit fiscal.
En un sentido
riguroso los objetivos del gobierno aparentan racionales. Desde hace años el equilibrio
presupuestal se realiza con empréstitos los cuales, como se sabe, aumenta sistemáticamente el endeudamiento
externo cuyo monto alcanza hoy mas de 35,000 millones de dólares.
El problema
de fondo, sin embargo, es que nadie cree que el gobierno utilizará los fondos
provenientes del aumento de los ingresos via impuestosracionalmente.
Los
empresarios temen que la masa monetaria resultante de la abolición de los incentivos –que no son pocos-irán a
parar a los bolsillos de los compañeritos del PLD y de la burocracia de ese
partido (convertido hoy en partido-Estado) en gastos superfluos;los
trabajadores, por su parte, recelan a su
vez del “pacto fiscal” porque sospechan que de sus bolsillos saldrán los
dineros para sacarles las castañas del fuego a los déficits del gobierno, y la
clase media está segura de que también será nuevamente penalizada en su nivel y
calidad de vida si se impone una nueva reforma fiscal.
O sea,
estamos en frente de una total falta de credibilidad ante el llamado Pacto
Fiscal.
Si el gobierno
quisiera transparentar las finanzas públicas,
aboliera las nominillas,suprimiera el gasto superfluo en el servicio exterior y
en la administración pública, reducirÃa el déficit fiscal, cancelaria las 7 mil cuentas
innecesarias que ahorrarÃan unos 70,000 pesos, conforme a la denuncia de la
oposición, etc. Si hiciera todo eso quizás entonces la oposición cambiaria de
opinión y apoyarÃa el llamado “Pacto Fiscal”, con objetivos claramente
definidos despejando las dudas de que estamos en presencia de otra simulada reforma tributaria.
Los
socialdemócratas tenemos una posición bastante clara sobre los impuestos. No
nos oponemos por principio al aumento de
los tributos los cuales deben recaer en las espaldas de los sectores de mayores
ingresos, siempre y cuando esos impuestos sean utilizados para ejecutar planes
de desarrollo y realmente cubrir déficits fiscales. Pero jamás darle un cheque
en blanco a un gobierno que no respeta las leyes y que las reformas fiscales
aprobadas en los últimos años no han resuelto el sistemático déficit fiscal acumulado y que para este año se
proyecta en unos 150,000 millones, conforme a datos aportados por los
economistas.
Pero, además,
para la oposición, la presión mediática
actual atizada por el gobierno para que la agenda sea la discusión de los
pactos (eléctrico y fiscal) y no el pacto polÃtico es inadmisible.
El imperativo
de la hora es el debate y discusión de los aspectos vinculados a la
institucionalidad democrática, hoy seriamente cuestionada, particularmente, la
aprobación de la ley de partidos, la ley electoral y la elección de jueces
honorables y apartidaristas en los principales
estamentos judiciales, como son los casos de la JCE, el TSE, la Suprema
Corte de Justicia y el Tribunal Constitucional.
Este imperativo ha sido asumido públicamente por el CONEP cuyo actual
presidente en el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio reclamó hace algunos dÃas la
aprobación de la ley de partidos y la
ley electoral . En dicha intervención se expresó lo siguiente: “ ..En nuestra sociedad hay un malestar de
desconfianza en las instituciones a las que hemos entregado la función de
representarnos, producto de la falta de orden y de la inexistencia de un adecuado régimen de consecuencias que
ofrezca a la población la seguridad de que vive en un verdadero Estado de
Derecho , en el que todos estamos obligados a cumplir la ley…..”
Desviar,
pues, la agenda nacional a debates como el pacto fiscal y eléctrico y obviar el
principal problema que confronta la sociedad en este momento, que es el Pacto
PolÃtico, es sencillamente inadmisible.
Lo primero es
lo primero.
0 Comentarios