Sembremos paz


Editorial del periódico El Camino
Este domingo, 15 de mayo, los dominicanos asistimos a un encuentro con la democracia. Estamos llamados a votar para escoger a nuestros representantes. La jornada electoral para el período 2016-2020 debe ser una fiesta cívica en donde impere el respeto en medio de la diversidad ideológica marcada por colores partidarios.

Todos y todas podemos aportar para que esta fecha quede plasmada en la historia dominicana como el proceso electoral más ordenado y transparente. Haciéndolo bien enviamos un mensaje de organización y concordia a la comunidad internacional, ávida de presenciar comicios sin traumas y violencia, que sirvan para indicar el camino a seguir a otros pueblos que buscan refe­rentes en esta materia.

Para lograr este objetivo es necesario tener pendiente varios factores, entre ellos, lograr que en los centros de votación se actúe con apego a la ley, creando las mejores condiciones para evitar conflictos y discusiones que muchas veces terminan en tragedia. Los delegados de cada partido deben revestirse de prudencia y respeto para lograr una relación armoniosa con los representantes de otras parcelas políticas en los colegios electorales y hacer del diálogo el método ideal para dirimir cualquier diferencia. Es importante crear en estos espacios un ambiente distendido en donde los votantes se sientan seguros, en un clima libre de temor.

Que en este domingo se eviten las provocaciones de personas que siempre andan en son de guerra, creyendo que así logran adeptos a su causa, olvidando que fuimos creados para la convivencia fraterna y que la gente se aleja de los violentos que viven sembrando desasosiego, a la vez que le hacen un daño demoledor a la organización política, la cual dicen apoyar y defender.

Esperamos que la oración de San Francisco de Asís acompañe nuestros actos en este día de las elecciones. A la vez que pedimos al Señor de la vida nos conceda hacer realidad los anhelos de sembrar amor donde impere el odio. Que donde quiera que brote la injuria aparezca el perdón. Que surja la armonía cuando se asome la discordia entre dirigentes, seguidores y simpatizantes, por las pasiones que se desbordan y el fanatismo que nubla la mente.

Hagamos de este 15 de mayo un día de comprensión.
La Patria lo reclama.

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