Por: Fausto Araújo
El Presidente de la Republica, Danilo Medina, quien -con una votación histórica de un 61.76%- acaba de ser reelecto en el cargo, tiene impregnado el sello del éxito.
Danilo -uno de los discípulos más avanzado y aventajados del Profesor Juan Bosch- se ha ganado el cariño, aprecio y apoyo del pueblo dominicano y de la comunidad internacional.
Su capacidad gerencial demostrada desde la Presidencia de la Cámara de Diputados, desde el Ministerio de la Presidencia y como uno de los lideres más sobresalientes del Partido de la Liberación Dominicana, y ahora, desde la jefatura del Estado dominicano (con 44 meses de exitosa gestión) lo califican y certifican como uno de los más versados y exitosos estadistas del país y la Región.
Enarbola -sin desperdicios- los principios de superación, honestidad, humildad, sencillez y capacidad impregnados por el más grande pensador social dominicano de todos los tiempos y símbolo de la dignidad nacional: el Profesor Juan Bosch.
Indudablemente, forma parte ya –de manera privilegiada- del reducidísimo círculo de políticos dominicanos con mayor conciencia y capacidad para liderar la sociedad dominicana y pasar a la historia como uno de los más grandes estadistas de la nación y la región.
Tiene la ventaja y el privilegio de ser uno de los pocos ciudadanos que sabe a ciencia cierta desde el Gobierno lo que se tiene que hacer en todas las áreas para impulsar el desarrollo nacional y la modernidad de la República Dominicana. Ahí están los hechos en 3 años y casi 9 meses de brillante administración gubernamental.
Tiene un claro Programa de Gobierno, un excelente equipo, a los experimentados miembros del Comité Político del Partido de Bosch, y, sobre todo, al PLD: “Un Partido Único en América. Además, de otras fuerzas políticas, sustentando su actual mandato y lo que sería su próxima gestión de gobierno.
¡Adelante, Presidente, que Dios lo ilumine y lo siga dotando de sabiduría a los fines de que puedas seguir cumpliendo exitosa y cabalmente con sus objetivos!
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