En los últimos tiempos, nuestro paÃs ha tenido el privilegio de vivir
importantes avances económicos, sociales e institucionales.
Es sobre estos avances, -y sobre lo que eso significa para nuestro futuro-
que me gustarÃa hablar con ustedes esta noche.
Junto a cada uno de ustedes, he tenido la felicidad de conducir un gobierno
que viene rompiendo muchas barreras históricas.
Un gobierno que, gracias a Dios, está teniendo éxito en sus principales
áreas, incluso en un momento en que muchos paÃses atraviesan graves
dificultades.
Hemos conseguido excelentes resultados en dos sectores clave de la vida de
cualquier paÃs: el área económica y el área social.
En la economÃa, estamos logrando tasas de crecimiento y nivel de empleo por
encima de las medias históricas nacionales y regionales.
En lo social, estamos consiguiendo una mejorÃa constante en la vida de la
población, con la disminución de los niveles de pobreza, desnutrición y
desigualdad.
Además de importantes avances en la calidad de la educación, la salud y de
otros servicios esenciales.
No me sorprende, por tanto, que en este ambiente de avances económicos y
sociales, se haya abierto un debate muy positivo para nuestro avance
institucional y perfeccionamiento democrático.
Un debate que toda la nación acompañó con gran participación y que,
finalmente, hizo repercutir en el seno del Congreso Nacional, la voluntad
abrumadora de la mayorÃa de nuestro pueblo.
Me refiero a la decisión libre y soberana del Congreso Nacional de reformar
nuestra Constitución para que, a partir de ahora, cualquier presidente pueda
disputar una reelección y, si fuera la voluntad del pueblo, dar continuidad a
su trabajo de gobierno, consolidando las conquistas colectivas.
Una vez más, podemos decir con satisfacción que ha primado la democracia,
la institucionalidad y el consenso. Hemos asistido a un proceso ordenado y
apegado a las leyes que nos rigen.
Si hablamos de legitimidad, vale la pena señalar que el nuevo texto
constitucional ha sido aprobado masivamente por las principales fuerzas
polÃticas del paÃs. Las mismas que sumaron, en los últimos comicios, el 98% de
los votos del pueblo dominicano.
En nombre del pueblo dominicano, quiero agradecer a todos los partidos por
la forma ordenada y democrática en que encaminaron esteproceso de reforma.
Pero quiero hacer énfasis en dirigir un reconocimiento especial a todos los compañeros del Partido
de la Liberación Dominicana, porque nuestro partido ha mostrado, una vez más,
que está a la altura de la Historia y que cuenta con el liderazgo polÃtico
capaz de dirigir los destinos del paÃs.
Extendemos también este reconocimiento al liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano, Partido
Reformista Social Cristiano y otras fuerzas aliadas por el apoyo que brindaron a esta reforma.
Reconocemos también a los Senadores y Diputados de la República, que fueron
los responsables de la ejecución de la misma.
Esta reforma es un paso adelante en la madurez de nuestro Estado
Democrático de Derecho, además de una demostración contundente de la capacidad
de nuestras fuerzas polÃticas de dar respuesta a las necesidades del pueblo
soberano.
A partir de ahora, nuestra democracia se regirá por el modelo que ha
demostrado ya su buen funcionamiento en buena parte de las democracias del
mundo: Ocho años y nunca más.
Es decir, que un Presidente solo podrá ser reelegido una vez, y luego no
podrá postularse más.
De esta forma, daremos oportunidad tanto a que los gobernantes apliquen
realmente su programa de gobierno, como a que surjan los necesarios relevos
generacionales y los liderazgos alternativos.
Me siento honrado, feliz y confiado de estar en la presidencia en el
momento en que las fuerzas vivas de nuestra nación decidieron promover este
cambio, que nos iguala a las mayores democracias del mundo.
Esto también aumenta el peso de mi responsabilidad de actuar en el próximo
proceso electoral de la forma más equilibrada, justa, honesta y transparente
posible.
Y, en el caso de que sea la voluntad de mi partido postularme como
candidato y la decisión del pueblo elegirme, yo podré concurrir a otro mandato
presidencial.
Señoras y Señores;
Acompañé con cuidado y cautela el debate y el envÃo de la enmienda
constitucional sobre la reelección.
Siempre que fui consultado por compañeros del partido o por representantes
de la sociedad civil, mantuve una posición equilibrada e imparcial.
En ningún momento estimulé o aceleré el proceso. Al contrario, me mantuve
siempre con cautela y redoblada atención.
Pero si no estuvo en mà estimular este proceso, tampoco estuvo en mi
frenarlo, ya que brotaba de un deseo popular profundo.
Era eso lo que veÃamos reflejado en las encuestas, era eso lo que oÃamos en
las calles, era eso lo que yo escuchaba de representantes de todos los sectores
de la sociedad: empresarios, trabajadores, académicos, intelectuales, artistas
y polÃticos, mujeres, jóvenes, ancianos y lÃderes religiosos.
Fue en ese momento cuando concordé en que este tema fuera, en primer lugar,
examinado en el ámbito de mi partido y, si obtenÃa una buena acogida, se
enviara a la institución que tiene el poder de modificar la Constitución;me
refiero al Congreso Nacional.
Una Constitución es la carta magna y el estatuto sagrado de un pueblo.
Contiene cláusulas rÃgidas pero, como cualquier obra del hombre, posee
partes que pueden ser perfeccionadas con el paso del
tiempo.
Ese era el caso, sin duda, de la reelección de un presidente.
La reelección existe en prácticamente todas las sociedades polÃticamente
desarrolladas.
Sea en los regÃmenes presidenciales, con la reelección limitada de los
gobernantes, o en el parlamentarismo, con la reelección casi ilimitada de los
lÃderes partidarios, siempre que obtengan la mayorÃa congresual.
La reelección es vedada, como una especie de salvaguarda, casi únicamente
en paÃses que no tienen instituciones fuertes y que viven aún sobre el trauma
de las dictaduras.
La República Dominicana es, hoy, un paÃs de instituciones en franco proceso
de fortalecimiento, con equilibrio polÃtico y, desde hace mucho, libre del
trauma y de la sombra tenebrosa de la dictadura.
Para nosotros, por tanto, la reelección en lugar de significar un retroceso
institucional es un avance y un perfeccionamiento democrático.
Se equivocan también los que dicen que introducir la reelección es
beneficiar al gobernante de turno.
En realidad, es beneficiar al paÃs, porque puede aprovechar, aún más, los
resultados de un gobierno que lo esté haciendo bien.
La reelección, en contrapartida, permite también que el pueblo castigue a
los malos gobernantes y se libre de los efectos maléficos de una mala gestión.
La reelección no significa la victoria automática de quien está en el
poder, al contrario, es siempre un riesgo para quien gobierna.
El pueblo es sabio y siempre juzga con rigidez a quienes están conduciendo
su destino.
El pueblo también está cada vez más atento en la defensa de las
instituciones democráticas.
El pueblo defiende su Constitución porque sabe que es defendido por ella.
El pueblo utiliza la Constitución como arma de defensa personal y de paz
social.
La preserva y la venera como fuente
esencial de defensa de los intereses colectivos y de la fuerza de la
ciudadanÃa.
Por eso, cuando el pueblo percibe que puede cambiar para mejor la
Constitución, lo hace sin miedo y sin recelo.
Sin necesidad de órdenes ni de consejos.
Lo hace buscando lo mejor para su presente y para su futuro.
Dominicanas y dominicanos;
Quiero recordar que en 2009, en el seno de la sociedad dominicana, se
produjo una consulta nacional en la que la mayorÃa de la población se mostró a
favor del modelo de dos periodos consecutivos y nunca más.
Esa misma discusión se llevó al seno del PLD, y en esa ocasión yo defendÃ
la voluntad de la mayorÃa del pueblo dominicano de dos perÃodos consecutivos y
nunca más. En ese momento, sin embargo, nuestra posición fue derrotada por 20
votos a 5.
En esa consulta, en el seno de la sociedad dominicana, solo el 16.7% por
ciento votó a favor del modelo que ahora se eliminó, un 13.5% a favor de la
reelección indefinida y un amplio 57.94% defendió el modelo que ahora se ha
restablecido, es decir, dos perÃodos consecutivos y nunca más.
Es cierto que, en varias ocasiones, no acepté discutir la posibilidad de mi
reelección.
Pero es igual de cierto que he dicho muchas veces, a lo largo de mi vida,
que mi mayor compromiso es tener siempre el oÃdo en el corazón del pueblo.
El fuerte deseo popular a favor de la enmienda para la reelección me ayudó
a superar este dilema y a retomar la posición
que defendà en el año 2009, en el seno del Comité PolÃtico del PLD.
No lo hice movido por la vanidad, ni el deseo de poder.
Lo hice porque me convencà de que el instrumento de la reelección serÃa, de
hecho, un avance institucional perenne
para nuestro paÃs – y no una mera circunstancia para beneficiar a un
gobernante.
Cambié mi posición sobre este tema, pero no mi convicción democrática de
nunca colocar mis deseos personales o partidarios por encima de los intereses
colectivos.
Además, al apoyar la enmienda de la reelección también estaba tomando la
decisión de cerrar mi carrera polÃtica, porque está sobreentendido que, después
de estos cuatro años adicionales, si el pueblo me premia con su voto, en mayo
de 2016, no podré ser candidato nuevamente a la Presidencia de la República.
El modelo que dejamos atrás me hubiera permitido postularme indefinidamente
en periodos alternos, pero estoy convencido de que esta reforma es lo que
quieren los dominicanos y lo mejor para el paÃs.
Siempre he sido un demócrata convencido y siempre he conducido mi vida
polÃtica buscando la paz, la justicia y el equilibrio.
Y esos sentimientos guiaron mi decisión.
Pueblo dominicano,
Una vez más, mi destino polÃtico está en las manos de ustedes.
Si tengo el respaldo firme de mi partido y el apoyo de la mayorÃa de los
dominicanos, podré concurrir a un nuevo mandato presidencial.
Haré ese anuncio en el momento oportuno.
Hoy, lo que quiero anunciar, es mi disposición redoblada de continuar
luchando por más cambios –profundos y positivos- a favor de nuestro paÃs.
No dudaré, en ningún momento, en continuar haciendo lo que sea necesario
para que nuestro gobierno tenga cada vez más eficiencia y sea cada vez más
transparente.
Cuanto más estemos al lado de la ley y de la justicia social, más rápido y
más profundo será el cambio.
Cuanto más estemos al lado de la institucionalidad, de la democracia y de
la transparencia, más rápido y profundo será el cambio.
Cuanto más estemos al lado de la solidaridad, de la protección a los más
débiles y del Estado del Bienestar, más rápido y profundo será el cambio.
Cuanto más estemos al lado del desarrollo y de la innovación, más rápido y
más profundo será el cambio.
Porque todo ocurre más rápido cuando estamos del lado de la historia,
cuando no nos desviamos del rumbo correcto.
Señoras y Señores;
Lo que me atrae, en la hipótesis de que fuera reelegido, es la posibilidad
de profundizar los cambios que estamos haciendo en nuestro paÃs.
PodrÃamos tener ante nosotros cuatro
años más que nos permitirÃan consolidar la transformación educativa que ya está
en marcha y asegurarnos de que sea irreversible.
Cuatro años más para profundizar la reforma que ya avanza en nuestro
sistema de salud, que llevará atención gratuita y de calidad a todo aquel que
la necesite.
Cuatro años más para seguir incorporando a más personas a la seguridad
social.
Cuatro años más para seguir apoyando a nuestros productores y trabajando de
la mano con los empresarios de todos los tamaños, para generar más empleo e
ingresos que nunca para nuestra gente.
Cuatro años más para apostar cada vez más por nuestro turismo, hasta
alcanzar la meta que nos hemos trazado de llegar a los 10 millones de
visitantes.
Cuatro años más para continuar recorriendo los campos del paÃs con nuestras
visitas sorpresa, hasta que no quede un solo rincón al que no hayamos llegado
para apoyar a nuestra gente.
Cuatro años más para que banca solidaria siga llevando el derecho al
crédito a todos nuestros emprendedores, estén donde estén.
Cuatro años más, que nos darÃan la oportunidad de ver los frutos de las
iniciativas que ya hemos iniciado para llevar
solución al problema eléctrico, de una vez por todas.
Cuatro años más para que el 911 siga expandiéndose por el territorio
nacional y para que la seguridad llegue a todos los rincones del paÃs.
Cuatro años más para seguir construyendo las infraestructuras que requiere
el desarrollo productivo del paÃs.
Cuatro años más para mantener la estabilidad macroeconómica con baja
inflación que ha permitido el crecimiento de nuestra economÃa.
En definitiva, tendrÃamos cuatro años más para garantizar que nada ni nadie
pueda dar marcha atrás a todo lo que conquistamos juntos!
Queridos Compatriotas;
En estos tres años hemos logrado lo que muchos creÃan imposible.
Recuerdo que, cuando llegamos al gobierno en medio de una grave crisis
económica internacional, muchos pensaban que apenas conseguirÃamos sobrevivir
en ese ambiente hostil.
Sin embargo, trabajando juntos, hemos avanzado como nunca antes.
En medio de uno de los contextos internacionales más difÃciles, logramos un
dinamismo económico cercano al de China, con un crecimiento mayor al 7%.
Las inversiones, que se redujeron en la mayor parte de los paÃses de la
región, continúan llegando a la
República Dominicana.
Estamos cumpliendo y superando nuestra meta de crear 100,000 empleos al
año.
Sentamos las bases de un nuevo modelo de desarrollo, con más justicia
social y menos desigualdad.
Y, lo más importante, hemos conseguido sacar de la pobreza a más de medio
millón de dominicanos y dominicanas.
En definitiva, tomamos con firmeza las riendas del paÃs y lo estamos
dirigiendo rumbo a la prosperidad y el progreso.
Y, si hemos sido capaces de hacer todo esto en las peores circunstancias,
les invito a soñar lo que seremos capaces de lograr en el futuro próximo!!
Dominicanos y dominicanas;
Más que nunca es hora de soñar y de hacer.
A lo largo de su historia, la República Dominicana enfrentó muchos
desafÃos.
Sin embargo, ahora, más que nunca, creamos las condiciones para transformar
los desafÃos en victorias, y para transformar las victorias en beneficios
generales para nuestro pueblo.
Ya no es un sueño distante, por ejemplo, acabar con la pobreza absoluta y
superar el analfabetismo en todo nuestro territorio.
Es una meta posible y realizable. En poco tiempo, la República Dominicana
lo conseguirá!
Ya no es un sueño distante consolidarnos como la economÃa más sólida y
sostenible de la región.
En poco tiempo, la República Dominicana lo logrará!
Ya no es un sueño distante que tengamos un sistema educativo de gran
calidad, capaz de preparar a nuestros jóvenes para todos los desafÃos del mundo
moderno.
En poco tiempo, la República Dominicana lo conseguirá.
Ya no es un sueño distante que seremos el más completo, más rentable y más
buscado destino turÃstico del Caribe.
En poco tiempo, la República Dominicana lo conseguirá.
Ya no es un sueño distante que logremos un gran salto productivo y tecnológico
en nuestra agricultura y ganaderÃa.
Y también, en poco tiempo, la República Dominicana lo conseguirá.
En suma, más que nunca, es posible transformarnos en un paÃs con uno de los
mayores Ãndices de desarrollo y con uno de los menores Ãndices de desigualdad
de toda la comunidad latinoamericana y caribeña.
Más que nunca, podemos tener orgullo de la tierra en que nacimos!
Más que nunca podemos tener autoestima y esperanza!
Más que nunca podemos transformar nuestros sueños en realidad.
Más que nunca podemos transformar nuestro paÃs real, en aquel paÃs de los
sueños de nuestros abuelos y nuestros padres.
Un paÃs en el que vamos a ser cada vez más fuertes y más felices, junto
a nuestros hijos y nuestros nietos.
Vivamos el nuevo sueño dominicano!
Viva la República Dominicana!
Que Dios nos bendiga a todos!
Muchas Gracias y buenas noches.
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