Por: FAUSTO ARAUJO
La República Dominicana debe impulsar una nueva era agro-productiva que le permita contar con volúmenes de exportación seguros, aplicando tecnologÃa de punta y controles fitosanitarios, que coloquen la producción nacional al nivel de las exigencias de los mercados internacionales, al tiempo de cumplir las expectativas creadas con la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centro América, y con el Acuerdo de Asociación Económica suscrito con la Unión Europea y los paÃses del CARICOM.
Con el fomento masivo de los Bio-Parques de Invernaderos, el paÃs, además, podrá honrar el compromiso contraÃdo con el gobierno de Venezuela, en el sentido de poder pagar el suministro de petróleo a nuestra nación con productos agrÃcolas que sean del interés y consumo de los habitantes de esa nación hermana.
Asà mismo, garantizarÃamos la seguridad alimentaria no solo para los habitantes del paÃs, sino para una buena parte de los de la región.
República Dominicana ha importado e implementado en los últimos años novedosas técnicas de cultivo con la finalidad de hacer frente a los grandes retos que nos imponen los cultivos modernos -como el cultivo de ambiente contralado o invernaderos, cuya tecnologÃa está orientada al control del microclima en que se desarrolla -generando asà una producción intensiva, segura y de buena calidad.
El cultivo en ambiente controlado es menos riesgoso por tratarse de una producción protegida, climatizada, sea convencional u orgánica, en operación todo el año, por lo que la calidad de los productos es mejor que la tradicional, siendo además los costos de producción iguales o inferiores, por lo que los precios al consumidor no varÃan.
Con el impulso de los Bio-Parques de Invernaderos, el paÃs aprovecharÃa perfectamente su estratégica ubicación geográfica para llegar con facilidad y rapidez a los mercados de hortalizas de Estados Unidos y Canadá. Esta actividad resulta novedosa en el paÃs, pues actualmente son muy pocas las empresas agrÃcolas, tanto del sector público como privado que la están desarrollando.
Los mercados norteamericanos y canadiense, son cada dÃa más exigentes con la calidad y la sanidad de los productos hortÃcola. Puntualmente se efectuaran incursiones temporales en el mercado nacional para un porcentaje no superior al 15% de la producción.
Alcanzando el objetivo primordial con el diseño, fabricación e instalación masiva de invernaderos, los productos obtenidos tendrán un valor superior, por encima de un 20% comparado con los productos cultivados actualmente, ya sean producidos en la República Dominicana o en cualquier otro paÃs de su entorno.
El tamaño del mercado es inmenso, pues al estadounidense y canadiense se le une el europeo y el caribeño. Amén del mercado local y los millones de turistas que nos visitan cada año, el de Puerto Rico y el de HaitÃ.
La producción en invernaderos es intensiva y creará muchos empleos, puesto que esta innovadora y atractiva tecnologÃa constituye una acertada repuesta a las demandas sociales de empleo por lo que se justifica una alianza entre el Estado Dominicano y el sector privado que garantice el desarrollo de los Bio- Parques de Producción de Vegetales para la exportación.
Los propietarios de los invernaderos aumentaran sus ingresos y los obreros tendrán empleo bien remunerados. Además, habrá importantes cadenas productivas de empaques, etiquetados, transporte, etc.
Actualmente, en el territorio nacional existen un poco más de 7 millones de metros cuadrados en invernaderos, de los cuales apenas el 50% están funcionando adecuadamente, debido, entre otras razones, a que muchas estructuras están mal instaladas (muy bajitas y con inadecuada orientación del aire); uso inadecuado de plásticos y mallas, muros y riego; falta de experiencia, preparación y orientación de técnicos, productores y obreros; asesorÃa y asistencia técnica puntualizada.
Los más de 7 millones de metros cuadrados en invernaderos que tiene la República Dominicana, cuentan con alrededor de 1 mil Productores y más de 7 mil empleos. La meta del Presidente Danilo Medina es de tener en el paÃs -por lo pronto- unos 14 millones de metros cuadrados en producción en ambiente controlado, los cuales ameritan con urgencia ser diseñados, fabricada e instalados con las técnicas más modernas y a costos razonables.
Con ello le harÃamos frente a los desafÃos de la desgravación del 97% de los productos industriales y agroindustriales que entrarán al paÃs Libre de aranceles a propósito del DR-CAFTA, garantizarÃamos la seguridad alimenticia a nuestra población, fomentarÃamos la producción, la creación de empleos, las exportaciones y la conversión del paÃs en el centro de producción agroalimentario del Caribe.
Manos a la obra.
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