La Asamblea Nacional Ambiental condena atentado en Loma Miranda


El incendio de Loma Miranda es un atentado criminal contra los pobladores de su entorno y contra todas las familias que dependen de sus aguas.

Incendiar una zona boscosa busca eliminar los árboles y arbustos que sirven de sistema de organización de las aguas que caen en forma de lluvia. Cuando este sistema desaparece, las lluvias al caer se convierten en proyectiles que socavan el suelo desprotegido, lo desmenuzan y arrastran ladera abajo, eliminando el suelo productivo, colmatando los sitios de acumulación de agua, enturbiándola y haciéndola imposible de contener y utilizar.

Solo la naturaleza ha sido capaz de este tipo de organización de las aguas sin afectar otros sistemas, como el de la acumulación de materiales y formación de suelos, o como la formación de complejas organizaciones de vegetación.
Incendiar todos estos complejos naturales atentan contra toda organización de vida, tanto la organización botánica, la zoológica, como la humana, incluyendo también la organización eólica (de los vientos) y la de las temperaturas.
La naturaleza tiene sus estrategias, incluyendo la del fuego. Las coníferas (pinos y similares) necesitan del fuego para multiplicarse, pues el calor hace estallar como granadas sus “piñas” y dispersan las semillas que las contienen, las que encuentran suelo fértil y rico entre las cenizas. Esto ha pasado toda la vida del planeta. Claro que ocurre en determinadas épocas y que lo ideal para los humanos es que no haya estos incendios.

También participan las aves de picos duros y curvos, como las cotorras y papagayos, que se alimentan de estas semillas y también las dispersan. Por eso hay tan pocas aves en los pinares, pues el pino no acepta competencia y reina solo en las cimas.
Las estrategias para otros bosques, principalmente en el bosque húmedo y en el bosque mixto, como el de Loma Miranda, descartan el fuego como alternativa de proliferación. En éstos bosques las aves, las abejas, las mariposas y los murciélagos hacen ese trabajo. Por eso Loma Miranda no necesitó nunca incendio para mantener su bosque. El fuego llegó esta vez a Loma Miranda no de manos de la sequía, sino de manos mineras criminales, como es característica de la minería.

La noche del viernes 8 vimos como unos 20 pequeños fuegos, vistos desde la carretera, intentaban reducir la montaña. Quizás otros 20 o más estaban distribuidos por otras zonas. Los incendios naturales no ocurren así, y mucho menos en ese tipo de bosque. Por lo regular, los incendios estallan en “puntos calientes” donde el sol concentra sus rayos y donde la yesca, la vegetación baja y ya seca, puede arder al calor y persistencia de sus rayos. Pero esto tampoco ocurrió en Miranda.

A Loma Miranda fueron enviados individuos a iniciar fuegos en 40 ó 50 sitios estratégicos para tratar de que la loma ardiera completa. ¿El propósito? Hacer que desaparecieran todos los elementos que la caracterizan como candidata a parque nacional. Destruidas esas características la loma quedaría más adecuada para la minería que para su conservación.
Sin embargo, ese plan minero ignoró a la naturaleza. Porque no solamente el pino existente en ella conservará sus semillas, sino que también otros árboles como la caoba, el cedro y la penda, aparte de decenas de especias arbustivas que también cuidan sus semillas y que sólo resultan destruidas totalmente si se trata de incendios de muchos días.

Los suelos húmedos y frescos de Miranda ayudan a esta conservación de semillas. Las que caen por el incendio no se queman, sino que quedan a resguardo entre las fisuras y grietas llenas de humedad y donde el calor del fuego no llega. Así que habrá sido en vano el intento de ecocidio de los mineros. No menciono nombres de las empresas responsables porque utilizarían el recurso “legal” para hacernos daño.

Pero esa es la situación. Loma Miranda está sufriendo ahora un atentado, un incendio intencional, pero que no logrará su propósito. Ahora se reforzará la lucha y la población verá con toda claridad, comprobará en toda su magnitud, la característica criminal y antinatural de la minería y de sus representantes entre “autoridades” y entre congresistas.
Este incendio busca además chantajear al presidente Danilo Medina, tratando de servirle una Loma Miranda calcinada para llevarle a inclinarse por su explotación. Pero esperamos que el Presidente sostenga su palabra de que su explotación minera no va.

Luego del fuego vendrán las manos que ayudarán a Miranda a recuperarse, aunque puede hacerlo totalmente sola, porque la naturaleza es así de autosuficiente. Pero ayudarla en su recuperación deberá ser parte de la estrategia nuestra de unificar más todavía la oposición a su entrega a la minería, y contribuirá más a demandar su declaración como parque nacional. Este será un incendio unificador entre la razón y la verdad. La minería fracasó.

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