Papa aboga que la Cuaresma "tiempo de austeridad" impulse el amor por pobres

Ciudad del Vaticano, 25 feb (EFE).- El Papa presidió  en la Colina Romana del Aventino la tradicional procesión penitencial que abre el rito litúrgico de la Cuaresma y ofició la misa de las Cenizas, en cuya homilía abogó para que este tiempo "marcado por la austeridad estimule el amor hacia los pobres y necesitados".

"Que la Cuaresma, marcada por una intensa plegaria, un estilo de vida austero y penitencial estimule a la conversión y al amor sincero hacia los hermanos, especialmente los más pobres y necesitados", afirmó Benedicto XVI ante varios miles de personas.

En una tarde soleada, el Papa Ratzinger se trasladó desde el Vaticano al Aventino, una de las siete colinas de Roma, para recorrer en procesión, como es tradición, el trayecto que va desde la basílica de San Anselmo hasta la de Santa Sabina para recibir e imponer las cenizas, en este miércoles que marca el comienzo de la Cuaresma.

El Pontífice presidió la procesión acompañado del cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y del vicario de Roma, el cardenal Agostino Vallini; así como de numerosos purpurados y obispos.

También participaron los monjes benedictinos de San Anselmo, los dominicos de Santa Sabina y numerosos sacerdotes y miles de fieles, que aprovecharon este momento para estar con el Papa, debido a que hoy fue suspendida la audiencia pública de los miércoles en el Vaticano, para no cansar al Pontífice, de casi 82 años.

Una vez en la monumental Santa Sabina, Benedicto XVI, que vestía paramentos morados, recibió la ceniza, señal de conversión y penitencia, de manos del cardenal Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y titular de ese templo.

Después él impuso las cenizas a Tomko, así como a otros cardenales, obispos, religiosos y fieles.

El Papa Ratzinger subrayó en la homilía que la plegaria, la limosna y el ayuno son los tres medios útiles que Dios indica para salir victoriosos en la lucha entre la carne y el espíritu, entre el bien y el mal.

De la limosna señaló lo importante que son las colectas en favor de los pobres, pero recordó que la caridad es lo más importante en la vida del creyente.

Del ayuno destacó la sobriedad y de la plegaria dijo que exhorta a perseverar, a dar gracias.

Hoy, el Obispo de Roma en un mensaje enviado a los obispos brasileños afirmó que la Cuaresma invita a luchar sin descanso para hacer el bien y exhortó a los fieles a buscar la justicia "para que la convivencia esté basada en el paz y el amor y no en el odio o en la indiferencia.

Con motivo de la Cuaresma, el Papa hizo público recientemente un mensaje en el que animó a los católicos a recuperar el valor y el sentido del ayuno durante los 46 días que dura este tiempo de penitencia, señalando que en la sociedad actual del bienestar ha perdido su valor espiritual y se ha convertido "en una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo".

En su Mensaje, el Pontífice recordó que la Liturgia propone para la Cuaresma tres prácticas penitenciales, la oración, la limosna y el ayuno y que éste último es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él.

El Pontífice aseguró que el ayuno puede ayudar a "mortificar nuestro egoísmo", a evitar el pecado y a acrecentar la intimidad con Dios, "ya que privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo".

Tras la ceremonia de hoy, el próximo domingo, 1 de marzo, el Papa se retirará durante una semana de ejercicios espirituales en el Vaticano, que concluirán el sábado 7 de marzo.

Durante esa semana todas las actividades públicas de Benedicto XVI quedarán suspendidas, entre ellas la audiencia general de los miércoles. 

 
 

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